20 mar 2013

Jesús muere en la Cruz





Jesús muere en la Cruz

Después de la agonía de Getsemaní,
Jesús, en la cruz, se halla de nuevo ante el Padre.
En el culmen de un sufrimiento indecible,
Jesús se dirige a él, y le ruega.
Su oración es ante todo invocación de misericordia para los verdugos.
Luego, aplicación a sí mismo de la palabra profética de los salmos:
manifestación de un sentido de abandono desgarrador,
qué llega en el momento crucial,
en el cual se experimenta con todo el ser
a que desesperación lleva el pecado que separa de Dios.
Jesús ha bebido hasta la hez el cáliz de la amargura.
Pero de aquel abismo de sufrimiento surge un grito
que rompe la desolación:
"Padre, a tus manos entrego mi espíritu" (Lc 23, 46).
Y el sentido de abandono se cambia
en abandono en los brazos del Padre;
la última respiración del moribundo se vuelve grito de victoria,
La humanidad, que se había alejado en un arrebato de autosuficiencia,
es acogida de nuevo por el Padre.

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