9 ago 2019

Santo Evangelio 9 de agosto 2019



Lectura del santo evangelio según san Mateo (16,24-28):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta. Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin antes haber visto llegar al Hijo del hombre con majestad.»

El hombre no es un ser "arrojado" al mundo por azar

REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) 
(Città del Vaticano, Vaticano)

Hoy Jesús formula una pregunta clave: "¿Qué puede dar el hombre a cambio de su vida?". Respuesta: nada que no sea dar la misma vida a Dios. Esto supone que nadie existe por casualidad: el hombre no es un ser "arrojado" al mundo por azar, sino que fuimos creados porque Dios ya nos conocía y nos amaba. 

A la vida de cada hombre le precede un conocimiento, una idea y un amor, que constituyen el fundamento de nuestra existencia. La creación se ha hecho para abrir un espacio en el que poder responder al amor de Dios. El cosmos no fue creado para que hubiera multitud de astros y tantas otras cosas más, sino para que hubiera un lugar para la "alianza", para el "sí" del amor entre Dios y el hombre que le responde. 

—Señor, mi libertad y tu Cruz están en mi respuesta: sin libertad mi respuesta no sería de amor; sin la Cruz no sería respuesta adecuada para seguirte. 

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