22 ago 2019

Santo Evangelio 22 de agosto 2019



Evangelio según San Mateo 22,1-14.

Jesús habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo: El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba las bodas de su hijo. Envió entonces a sus servidores para avisar a los invitados, pero estos se negaron a ir. De nuevo envió a otros servidores con el encargo de decir a los invitados: 'Mi banquete está preparado; ya han sido matados mis terneros y mis mejores animales, y todo está a punto: Vengan a las bodas'. Pero ellos no tuvieron en cuenta la invitación, y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio; y los demás se apoderaron de los servidores, los maltrataron y los mataron.

Al enterarse, el rey se indignó y envió a sus tropas para que acabaran con aquellos homicidas e incendiaran su ciudad. Luego dijo a sus servidores: 'El banquete nupcial está preparado, pero los invitados no eran dignos de él. Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que encuentren'. Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados. Cuando el rey entró para ver a los comensales, encontró a un hombre que no tenía el traje de fiesta. 'Amigo, le dijo, ¿cómo has entrado aquí sin el traje de fiesta?'. El otro permaneció en silencio.

Entonces el rey dijo a los guardias: 'Atenlo de pies y manos, y arrójenlo afuera, a las tinieblas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes'. Porque muchos son llamados, pero pocos son elegidos.


l "castigo de Dios"

REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) 
(Città del Vaticano, Vaticano)

Hoy escuchamos del Señor una palabra que, de buenas a primeras, parece "no encajar" con su Amor misericordioso: el "castigo". Pero sus castigos no son como los nuestros, en el sentido de que Dios establezca multas policiales y le guste perjudicarnos. La expresión "castigo de Dios" manifiesta que he errado en el buen camino y pueden sobrevenirme consecuencias posteriores por seguir huellas falsas y abandonar la verdadera vida.

En el lenguaje divino, el castigo es la situación en la que entra el ser humano cuando se aleja de su auténtica esencia, o cuando no respeta la dignidad de otra persona, dando la espalda a la verdad… Entonces el individuo utiliza su libertad, sí, pero también abusa de ella. Por este falso camino el hombre pisotea aquello para lo cual ha sido creado, destruyéndose a sí mismo.

—Señor, tú eres mi Creador, que has venido a nosotros dejando tu huella en la tierra. Haz que vea en tus pisadas mi camino.

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