13 jun 2019

Vivir según el Espíritu Santo



VIVIR SEGÚN EL ESPÍRITU SANTO

Vivir según  el Espíritu Santo, es difícil.
Vivir con el  Espíritu Santo, no lo es tanto.
Es bueno  pensar que, El,
nos acompaña  aunque no nos demos cuenta;
nos habla,  aunque no lo escuchemos;
nos conduce,  aunque acabemos eligiendo el camino contrario;
nos  transforma, aunque pensemos que, todo, es obra nuestra.


VIVIR PENTECOSTES

es pedirle a  Dios, que nos ayude a construir 
la gran  familia de la Iglesia
es orar a  Dios, para sacar de cada uno lo mejor de nosotros mismos
es leer la Palabra y pensar: “esto lo  dice Jesús para mí”
es comer la Eucaristía, 
y sentir el  milagro de la presencia real de Cristo
es rezar, y  palpar –con escalofríos- el rostro de un Dios que nos ama.


¡PENTECOSTES ES EL DIOS INVISIBLE!

El Dios que  camina hasta el día en que nos llame a su presencia
El Dios que  nos da nuevos bríos e ilusiones
El Dios que  nos levanta, cuando caemos
El Dios que  nos une, cuando estamos dispersos
El Dios que  nos atrae, cuando nos divorciamos de El


¡PENTECOSTES ES EL DIOS DE LA BRISA!

El Dios que  nos rodea con su silencio
El Dios que  nos indica con su consejo
El Dios que  nos alza con su fortaleza
El Dios que  nos hace grandes con su sabiduría
El Dios que  nos hace felices con su entendimiento
El Dios que  nos hace reflexivos con su santo temor
El Dios que  nos hace comprometidos, con el don de piedad
El Dios que  nos hace expertos, por el don de la ciencia
Pentecostés,  entre otras cosas, 
es valorar,  vivir, comprender y estar orgullosos de
todo lo que  nos prometió Jesús de Nazaret. 
¿Cómo?  Dejándonos guiar por su Espíritu.

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