30 jun 2013

Agradecimiento a María


Agradecimiento a María

Padre Tomás Rodríguez Carbajo


Todas las virtudes humanas y cristianas que aparecen en el Evangelio tienen no sólo su representación, sino su cultivo en la vida de María. La persona agradecida reconoce el beneficio recibido no como paga o recompensa, sino como gracia.

El agradecimiento se cultiva en el interior de las personas de espíritu noble, siendo al mismo tiempo personas sencillas, humildes, virtudes todas ellas que a quien las posee le dan una paz y tranquilidad grandes, y  a los que con ella conviven una gozosa felicidad.

María supo reconocer cómo su grandeza, la de ser Madre de  Jesús, el Mesías esperado, no era fruto de una conquista, o premio de un esfuerzo, sino para gratuidad por parte de Dios, por eso se lo agradece públicamente en el canto del Magníficat. Lo que María había puesto de su parte era una gran dosis de humildad, por eso Dios la eligió, porque así aparece con más resplandor la acción poderosa de Dios, ya que lo que el hombre tiene que hacer es no estorbar la acción divina y esto se consigue en las personas humildes, ellas así lo reconocen.

María no sólo supo y quiso agradecer los privilegios con que Dios la adornó, sino que también quiso agradecer lo que el Salvador venía a hacer a favor de todas las personas; reconoce el cumplimiento de sus promesas hechas durante tantos siglos, pues, conoce Ella que la fidelidad le es esencial a Dios.

De esta manera como persona redimida quiere presentarle su agradecimiento al esperado Mesías, de cuya venida Ella iba a ser la primera beneficiada con la única redención preventiva y como consecuencia quería ser la primera agradecida.


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