(Lc 11,29-32)
Hoy Jesús es contundente. ¡Se le nota disgustado! ¿Por qué? Está harto de que le pidan milagros y, cuando los hace, entonces le dicen que está endemoniado… Volvemos a lo de siempre: Dios no es un actor de circo; no hace “milagritos” para entretener a la gente, sino para aliviar el sufrimiento de los pobres. He ahí el “gran milagro”: al tercer día apareció vivo (¡como Jonás!) después de haber entregado su Vida por ti en la Cruz.
—Ya han pasado 21 siglos: que Dios nos ayude a tener más fe que aquella generación “exasperante”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario