Santa Virgen de las virgenes
Con esta invocación afirmamos que la virginidad de María no es común ... es única ... perfecta ... sublime y que añadió a su Pureza Virginal un sello de consagración y de perpetuidad.
Los católicos creemos con la Santa Iglesia que María ha sido antes del parto, en el parto y después del parto, ... SIEMPRE VIRGEN PURÍSIMA.
Los dos estados: virginidad y maternidad son en sí santos, el primero es muy generoso y noble. La maternidad es un claro reflejo de la adorable fecundidad del Padre Eterno, del cual, como nos asegura el Apóstol San Pablo (Ef. 4. 14-15) deriva toda paternidad en el cielo y en la tierra, imita a la omnipotencia creadora y tiene el mérito de poblar el cielo.
María unió en sí estos dos títulos sublimes, ser MADRE y VIRGEN FECUNDA. Por estas razones la Iglesia llama a María VIRGEN DE LAS VÍRGENES.
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