Texto del Evangelio (Lc 12,49-53):
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra».
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Hoy, Jesucristo se nos manifiesta como el mayor “Pirómano” del mundo: Él quisiera ver ahora mismo el mundo entero ardiendo de Amor. Lo cierto es que… todavía humean las cenizas de los fuegos del odio: guerras, atentados, fraudes… Entonces, ¿ha sido inútil el bautismo de Jesús, su Cruz? ¡Abramos los ojos! Los noticiarios casi sólo hablan del humo de los escándalos. Pero si existe civilización humana es porque millones de seres humanos arden de amor en sus familias; millones de profesionales arden de amor trabajando honradamente; millones de...
—¿Qué ha quedado de la Cruz? Jesús Resucitado. ¡Él es la última palabra en materia de “Fuego”!
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