23 may 2019

Se hace camino al andar



SE HACE CAMINO AL ANDAR

Por Pedrojosé Ynaraja

Caminante no hay camino, se hace camino al andar, dice el poeta español Antonio Machado. Pablo no hubiera escrito líneas tan preciosas, era intelectual, más que poeta, pero las puso en práctica durante su vida.

1.- Cuando camino de Damasco se le manifestó el Señor, al que perseguía, en vez de contestarle que no era cierto, que a nadie en concreto acosaba, que se limitaba a ser fiel a lo que todo el mundo hacía y las leyes tenían establecido, este adulto convencido y preparado en estudios y viajes, ante lo inesperado, se limitó a ser fiel a lo que se le proponía, sin ofrecerle nada a cambio. Supo arriesgarse. Dijo sí a la voz, dijo sí a Ananías, el de Damasco, e inició una nueva vida, una aventura Olvidó su madurez y recuperó la juventud. ¿Durante el tiempo de retiro que permaneció en Arabia, se programó rutas y preparó discursos y entrevista? ¡Quia!

2.- En Jerusalén el día de Pentecostés, él no estaba. En Cesarea marítima, allí donde el Centurión Cornelio, recibió la Confirmación antes de habérsele administrado el bautismo, tampoco. Evidentemente, en Nazaret junto a María, cuando Gabriel le habló del Espíritu a la Virgen, tampoco. ¿Cuándo recibió el Espíritu? No nos lo cuenta, tal vez nos diría si se lo preguntásemos, que no hay itinerarios estudiados, que de su vida solo quedan estelas en la mar. He vuelto, mis queridos jóvenes lectores, por si no lo habíais notado, al verso de Machado.

3.- Con Bernabé emprendió una aventura que, como en todas pasa, gozó de éxitos y sufrió fracasos. En la misa del domingo pasado nos enteramos de algunas de sus correrías, hoy de otras. No perdía de vista a la Iglesia Madre de Jerusalén, pero no se limitaba a cumplir consignas. Era leal, pero no esclavo.

De Pedro y los demás sí que sabemos cuándo y cómo recibieron el Espíritu. No estaban capacitados intelectualmente como Pablo, hoy diríamos que el apóstol de las gentes era doctorado y los otros justito, tenían la capacidad de quien ha cursado la primaria. El Espíritu ni enorgullecía a uno ni humillaba a los otros. De aquí que todos se enriquecieron en el encuentro.

4.- Mis queridos jóvenes lectores, se os anuncia un cielo nuevo y una tierra nueva. A vosotros principalmente, se os pide colaboración. No escurro yo el bulto. Os advierto que ante los nubarrones que oscurecen la atmosfera de la Iglesia que tanto nos repiten los medio, y yo lo digo siempre, que sin negar la realidad, no estoy de acuerdo mientras duren carmelos, cartujas y trapas. Yo, viejo, veo que se asoma en el horizonte inmenso de la Fe, el Lucero vespertino.

Desde el atardecer del Viernes Santo, meditando la Pasión del Señor, este Lucero que vislumbré, se concretó en darme cuenta que el 8-9 de junio próximo, celebraremos, en uno u otro sitio, de formas diferentes, con idéntica vivencia, en situación espacio/temporal o librados de ella, Pentecostés. Y desde ese momento trato de escuchar los mensajes que me lo anuncian. Anotarlos, reflexionarlos, prepararlos para ofrecerlos a otros muchos. A vosotros también, mis queridos jóvenes lectores.

El Cristianismo es Amor y nada más, lo demás son pamplinas inventadas por la clerecía, dicen muchos. Tal vez estaría del todo de acuerdo, si este Amor fuera como el que proclama Cristo al final de la lectura evangélica de la misa de hoy: amaos unos a otros como yo os he amado. ¡anda ya! Es preciso enterarse de qué significa y de qué manera se expresa y a qué eventualidades compromete para serle fieles, no lo olvidéis. Un amor cualquiera sabe a poco y con frecuencia llega a indigestar.

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