11 mar 2018

Salmo 31 Acción de gracias de un pecador perdonado



Salmo 31

Acción de gracias de un pecador perdonado

Dichoso el que está absuelto de su culpa, 
a quien le han sepultado su pecado; 
dichoso el hombre a quien el Señor 
no le apunta el delito. 

Mientras callé se consumían mis huesos, 
rugiendo todo el día, 
porque día y noche tu mano 
pesaba sobre mí; 
mi savia se había vuelto un fruto seco. 

Había pecado, lo reconocí, 
no te encubrí mi delito; 
propuse: "confesaré al Señor mi culpa", 
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. 

Por eso, que todo fiel te suplique 
en el momento de la desgracia: 
la crecida de las aguas caudalosas 
no lo alcanzará. 

Tú eres mi refugio, me libras del peligro, 
me rodeas de cantos de liberación. 

- Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir, 
fijaré en ti mis ojos. 
No seáis irracionales como caballos y mulos, 
cuyo brío hay que domar con freno y brida; 
si no, no puedes acercarte. 

Los malvados sufren muchas penas; 
al que confía en el Señor, 
la misericordia lo rodea. 

Alegraos, justos, y gozad con el Señor; 
aclamadlo, los de corazón sincero. 

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