“He aquí que vamos a subir a Jerusalén.”
“Es en vano que madruguéis...” (cf sal 126,2) ¿Qué quiere decir? ... Cristo, nuestro Día, ha amanecido. Es bueno levantarse después de Cristo y no antes. ¿Quiénes son los que se levantan antes de Cristo?... Aquellos que quieren ser ensalzados en este mundo donde él fue humilde. Que sean humildes en este mundo si quieren ser ensalzados donde Cristo fue ensalzado. En efecto, Cristo dijo de los que se adherían a la fe en él: “Padre, quiero que los que me has dado estén donde yo estoy.” (cf Jn 17,25) Un don magnífico, una gracia grande, una promesa gloriosa... ¿Queréis estar donde está él? Sed humildes donde él fue humilde.
“El discípulo no es más que el maestro.” (Mt 10,24) ... Y no obstante, los hijos de Zebedeo, antes de haber sufrido la humillación, en conformidad con la pasión del Señor, ya se habían escogido sus puestos, uno a su derecha y el otro a su izquierda. Querían levantarse “antes de la aurora”. Por esto caminaban en vano. El Señor les recordó la humildad preguntándoles: ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber? Seguidme, dijo, por el camino que voy yo. Porque si queréis llegar por un camino diferente, caminaréis en vano.
San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia
Comentario al salmo 126
“Es en vano que madruguéis...” (cf sal 126,2) ¿Qué quiere decir? ... Cristo, nuestro Día, ha amanecido. Es bueno levantarse después de Cristo y no antes. ¿Quiénes son los que se levantan antes de Cristo?... Aquellos que quieren ser ensalzados en este mundo donde él fue humilde. Que sean humildes en este mundo si quieren ser ensalzados donde Cristo fue ensalzado. En efecto, Cristo dijo de los que se adherían a la fe en él: “Padre, quiero que los que me has dado estén donde yo estoy.” (cf Jn 17,25) Un don magnífico, una gracia grande, una promesa gloriosa... ¿Queréis estar donde está él? Sed humildes donde él fue humilde.
“El discípulo no es más que el maestro.” (Mt 10,24) ... Y no obstante, los hijos de Zebedeo, antes de haber sufrido la humillación, en conformidad con la pasión del Señor, ya se habían escogido sus puestos, uno a su derecha y el otro a su izquierda. Querían levantarse “antes de la aurora”. Por esto caminaban en vano. El Señor les recordó la humildad preguntándoles: ¿Podéis beber el cáliz que yo he de beber? Seguidme, dijo, por el camino que voy yo. Porque si queréis llegar por un camino diferente, caminaréis en vano.
San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia
Comentario al salmo 126
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