Señor y Dios mío:
te damos gracias tu Misericordia Infinita,
porque siempre nos perdonas,
porque derramas
constantes gracias de arrepentimiento.
Quiero aprovechar, Dios de Misericordia,
todas esas gracias inmerecidas
que pones permanentemente
a nuestra disposición
para volver a ser hijo(a) tuyo(a).
No quiero quedarme como oveja perdida
o como hijo pródigo,
alejado(a) de Ti, fuera de tu redil
o de tu hogar.
Gracias por recibirme,
a pesar de mis pecados.
¡Gracias por tu Misericordia Infinita!
Amén
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