Cuidado con el stress
Autor: Mons. Rómulo Emiliani, c.m.f.
Y..¿Qué es el stress? Es un agotamiento y desgana que viene por el exceso de tensión y angustia; por un trabajo excesivo o mal organizado. Es una enfermedad más bien moderna; muchísima gente la padece. Baja nuestras defensas emocionales, mentales y aún físicas. Permite la entrada de pensamientos negativos y problemas físicos en el corazón, el estómago, la espalda y el sistema nervioso.
Se sabe que las preocupaciones excesivas y el vivir acelerados lleva al stress. Vivir siempre tensos, llevando el motor en primera y esperando en cualquier momento el golpe por los miedos irracionales, lleva a este agotamiento. Las personas siempre preocupadas por el futuro, atormentadas por ideas obsesivas, negativas (miedos a enfermedades), demasiado ocupados en conseguir, tener y competir, en cualquier momento tienen su caída, su apagón de luz y se quedan como los abejorros de mayo; esos pequeños insectos que aparecen volando, dando tumbos por las paredes de las casas, hasta que caen. Algunas personas experimentan un desmoronamiento tan grande que no vuelven a levantarse. Por eso, evite tantas preocupaciones. Sea más optimista, más positivo, tenga más fe en el Señor. No por mucho preocuparse va a alterar el futuro. Rompa pues el hábito de la preocupación.
Tome su tiempo de descanso. Aprenda métodos de relajación. Ejercite una respiración profunda y tenga tiempo para meditar, orar y oir música. Tenga además sus pasatiempos positivos como Churchill, que en plena guerra mundial se retiraba a pintar cuadros. Usted tiene derecho a un tiempo para usted.
Evite los miedos irracionales a enfermedades crueles, a una desgracia familiar, a la muerte. Para gozar de buena salud tenga una dieta adecuada, haga ejercicios, examínese periódicamente y ejercite una mente positiva. Viva el presente y goce de esos momentos cumbres que da la vida en los pequeños detalles. No quiera hacer todo a la vez. Organícese. Tenga sus prioridades. Una jerarquía de valores le permitirá invertir su tiempo y energía de manera adecuada y racional.
Cuidado con el aburrimiento y el hastío, porque esto paradójicamente produce agotamiento. Tenga siempre algo que hacer. Alguien ha dicho que se necesitan estas cosas para ser feliz: alguien a quien amar, algo que hacer y algo por lo cual tener esperanza.
Tenga cuidado con estar en conflicto con la moral y con su conciencia. No haga pues cosas de las que tenga que arrepentirse después. Vivir en el sí y en el no, produce tensión y esto lleva
al stress. Trate de estar en paz con todo el mundo. La enemistad y el rencor agotan y le quitan energía.
Acérquese más al Señor. El dijo: - Vengan a mi los que estén cansados y agobiados y yo los aliviaré - (Mt.11, 28-29) . Jesús nos da la paz, la alegría, el amor. El puede devolvernos la energía que nos hace falta. El puede ayudarnos en todo porque ¡CON EL SOMOS INVENCIBLES!.
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