Mentes cansadas
Fuente: Liturgia de las horas
Mentes cansadas,
manos encallecidas,
labriegos al fin de la jornada,
jornaleros de tu viña,
venimos, Padre,
atardecidos de cansancio,
agradecidos por la lucha,
a recibir tu denario.
Llenos de polvo,
El alma hecha girones,
Romeros al filo de la tarde,
Peregrinos de tus montes,
Venimos, Padre,
Heridos por los desengaños,
Contentos por servir a tu mesa,
A recibir tu denario.
Hartos de todo,
Llenos de nada,
Sedientos al broquel de tus pozos
Y hambrientos de tu casa,
venimos, Padre,
el corazón entre tus brazos,
la frente humilde de delitos,
a recibir tu denario.
Amén.
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