Ser bueno, es bueno. Pero ¿sabéis lo malo del "bueno"? Pues eso, que al sentirse bueno se regodea de ello. ¿Y sabéis los bueno del malo? Que se sentíamalo y buscaba corregirlo.
Por eso Jesús nos dejó la parábola del fariseo y el publicano, porque siempre hanexistido y existirán quienes se sientan como los poseedores de la verdad y de toda la verdad: como los únicos que tienen la verdad y de toda la verdad: como los únicos que tienen la verdad. Los demás, piensan ellos, son como leña preparada ya para el infierno.
Pero el Señor no quiere gentes encantadas de haberse conocido, no quiere dedos que señalen los pecados de los demás, sino manos que golpeen el propio pecho con ánimo de mejorar...
Pero tampoco nos dejemos encandilar por el publicano que puede resultarnos hasta simpático. El era una mala persona. Pero Dios que es buen dinamitero, le hizo comprender que tanta maldad sólo Dios la puede perdonar. Y pidió perdón. Y....consiguió perdón.
Porque el Señor no ha venido a salvar a los que se sienten justo, sino a los que se sienten pecadores
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