Salmo 118, 33-40 Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes, y lo seguiré puntualmente; enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón; guíame por la senda de tus mandatos, porque ella es mi gozo. Inclina mi corazón a tus preceptos, y no al interés; aparta mis ojos de las vanidades, dame vida con tu palabra; cumple a tu siervo la promesa que hiciste a tus fieles. Aparta de mí la afrenta que temo, porque tus mandamientos son amables; mira cómo ansío tus decretos: dame vida con tu justicia. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
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