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27 jun 2020
El misterio de la "impotencia" divina
El misterio de la "impotencia" divina
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench
(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)
Hoy, con Jesucristo, nos admiramos ante las palabras del centurión. Nos conmueve la preocupación de este jefe por un subalterno. Y nos convence el sentido común con que capta el poder divino. En el "Credo" confesamos que Dios es Padre todopoderoso. Pero, ¿cómo conciliar su poder infinito con la presencia del mal? Es el misterio de la aparente impotencia divina.
Dios no es un "policía del cosmos", que interviene para poner orden —según nuestros esquemas— en todos los rincones del universo. Él es Padre y su gobierno es providencial. A veces, nos puede parecer ausente e incapaz de impedir el mal. Sin embargo, Dios Padre ha revelado su omnipotencia de la manera más misteriosa en el anonadamiento voluntario y en la Resurrección de su Hijo.
—Señor, eres tan grande que en Jesús te has hecho pequeño. Y, desde la Cruz, nos enseñas a transformar el mal en un gesto de amor. Tu "debilidad" es más fuerte que la fuerza de los hombres.
Santo Evangelio 27 de junio 2020
Día litúrgico: Sábado XII del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Mt 8,5-17): En aquel tiempo, al entrar en Cafarnaúm, se le acercó un centurión y le rogó diciendo: «Señor, mi criado yace en casa paralítico con terribles sufrimientos». Dícele Jesús: «Yo iré a curarle». Replicó el centurión: «Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano. Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: ‘Vete’, y va; y a otro: ‘Ven’, y viene; y a mi siervo: ‘Haz esto’, y lo hace». Al oír esto Jesús quedó admirado (…).
El misterio de la "impotencia" divina
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench
(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)
Hoy, con Jesucristo, nos admiramos ante las palabras del centurión. Nos conmueve la preocupación de este jefe por un subalterno. Y nos convence el sentido común con que capta el poder divino. En el "Credo" confesamos que Dios es Padre todopoderoso. Pero, ¿cómo conciliar su poder infinito con la presencia del mal? Es el misterio de la aparente impotencia divina.
Dios no es un "policía del cosmos", que interviene para poner orden —según nuestros esquemas— en todos los rincones del universo. Él es Padre y su gobierno es providencial. A veces, nos puede parecer ausente e incapaz de impedir el mal. Sin embargo, Dios Padre ha revelado su omnipotencia de la manera más misteriosa en el anonadamiento voluntario y en la Resurrección de su Hijo.
—Señor, eres tan grande que en Jesús te has hecho pequeño. Y, desde la Cruz, nos enseñas a transformar el mal en un gesto de amor. Tu "debilidad" es más fuerte que la fuerza de los hombres.
26 jun 2020
Santo Evangelio 26 de junio 2020
Día litúrgico: Viernes XII del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Mt 8,1-4): En aquel tiempo, cuando Jesús bajó del monte, fue siguiéndole una gran muchedumbre. En esto, un leproso se acercó y se postró ante Él, diciendo: «Señor, si quieres puedes limpiarme». Él extendió la mano, le tocó y dijo: «Quiero, queda limpio». Y al instante quedó limpio de su lepra. Y Jesús le dice: «Mira, no se lo digas a nadie, sino vete, muéstrate al sacerdote y presenta la ofrenda que prescribió Moisés, para que les sirva de testimonio».
La fe es un confiado entregarse a un “Tú” que es Dios
REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI)
(Città del Vaticano, Vaticano)
Hoy, ¿qué significa creer? Es necesaria una renovada educación en la fe, que comprenda ciertamente un conocimiento de sus verdades y de los acontecimientos de la salvación, pero que sobre todo nazca de un verdadero encuentro con Dios en Jesucristo, de amarle, de confiar en Él, de forma que toda la vida esté involucrada en ello.
Hoy, junto a tantos signos de bien, crece a nuestro alrededor también cierto desierto espiritual. A veces las ideas mismas de progreso y bienestar muestran igualmente sus sombras. Cierto tipo de cultura, además, ha educado a moverse sólo en el horizonte de las cosas, de lo factible; a creer sólo en lo que se ve y se toca con las propias manos. En este contexto vuelven a emerger algunas preguntas fundamentales: ¿qué sentido tiene vivir? ¿Qué nos espera tras el umbral de la muerte?
—La fe es un confiado entregarse a un “Tú” que es Dios, quien me da una certeza distinta, pero no menos sólida que la que me llega del cálculo exacto o de la ciencia.
25 jun 2020
Santo Evangelio 25 de junio 2020
Día litúrgico: Jueves XII del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Mt 7,21-29): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No todo el que me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial (…). Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca (…)».
La sabiduría de la Ley de Dios
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench
(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)
Hoy llegamos al final del llamado "Sermón de la montaña" (capítulos 5-7 de san Mateo). Jesús, maestro de autoridad convincente, enseña los "requisitos" para pertenecer a su Reino —¡de amor!— y cuál ha de ser nuestra actitud ante la Ley de Dios. Escuchar realmente la Palabra de Dios implica ponerla por obra. Quien lo haga tendrá prudencia y sabiduría.
El antiguo Israel tenía conciencia de ser un pueblo sabio porque conocía explícitamente la Ley de Dios. Actualmente, se respira un desafecto ante la ley, especialmente si es de Dios o si es "ley moral". Pero ésta no es una imposición, sino un "don" que nos enseña las "razones" del crecimiento humano y del acercamiento al Creador. Aprendamos de nuestra propia historia: donde se rechaza y/o se desconoce la Ley de Dios se desconoce también la dignidad de la persona humana y fácilmente se la maltrata.
—Señor-Dios, ayúdame a poner por obra tus preceptos para adquirir la verdadera sabiduría de la vida.
Manifestemos a Cristo e toda nuestra vida
MANIFESTEMOS A CRISTO EN TODA NUESTRA VIDA
Hay tres cosas que manifiestan y distinguen la vida del cristiano: la acción, la manera de hablar y el pensamiento. De ellas, ocupa el primer lugar el pensamiento; viene en segundo lugar la manera de hablar, que descubre y expresa con palabras el interior de nuestro pensamiento; en este orden de cosas, al pensamiento y a la manera de hablar sigue la acción, con la cual se pone por obra lo que antes se ha pensado. Siempre, pues, que nos sintamos impulsados a obrar, a pensar o a hablar, debemos procurar que todas nuestras palabras, obras y pensamientos tiendan a conformarse con la norma divina del conocimiento de Cristo, de manera que no pensemos, digamos ni hagamos cosa alguna que se aparte de esta regla suprema.
Todo aquel que tiene el honor de llevar el nombre de Cristo debe necesariamente examinar con diligencia sus pensamientos, palabras y obras, y ver si tienden hacia Cristo o se apartan de él. Este discernimiento puede hacerse de muchas maneras. Por ejemplo, toda obra, pensamiento o palabra que vayan mezclados con alguna perturbación no están, de ningún modo, de acuerdo con Cristo, sino que llevan la impronta del adversario, el cual se esfuerza en mezclar con las perlas el cieno de la perturbación, con el fin de afear y destruir el brillo de la piedra preciosa.
Por el contrario, todo aquello que está limpio y libre de toda turbia afección tiene por objeto al autor y príncipe de la tranquilidad, que es Cristo; él es la fuente pura e incorrupta, de manera que el que bebe y recibe de él sus impulsos y afectos internos ofrece una semejanza con su principio y origen, como la que tiene el agua nítida del ánfora con la fuente de la que procede.
En efecto, es la misma y única nitidez la que hay en Cristo y en nuestras almas. Pero con la diferencia de que Cristo es la fuente de donde nace esta nitidez, y nosotros la tenemos derivada de esta fuente. Es Cristo quien nos comunica el adorable conocimiento de sí mismo, para que el hombre, tanto en lo interno como en lo externo, se ajuste y adapte, por la moderación y rectitud de su vida, a este conocimiento que proviene del Señor, dejándose guiar y mover por él. En esto consiste (a mi parecer) la perfección de la vida cristiana: en que, hechos partícipes del nombre de Cristo por nuestro apelativo de cristianos, pongamos de manifiesto, con nuestros sentimientos, con la oración y con nuestro género de vida, la virtualidad de este nombre.
Del Tratado de san Gregorio de Nisa, obispo, Sobre el perfecto modelo del cristiano
(PG 46, 283-286)
24 jun 2020
Santo Evangelio 24 de junio 2020
Día litúrgico: 24 de Junio: El Nacimiento de san Juan Bautista
Texto del Evangelio (Lc 1,57-66.80): Se le cumplió a Isabel el tiempo de dar a luz, y tuvo un hijo (…). Y sucedió que al octavo día fueron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías, pero su madre, tomando la palabra, dijo: «No; se ha de llamar Juan» (…). El niño crecía y su espíritu se fortalecía; vivió en los desiertos hasta el día de su manifestación a Israel.
El Nacimiento de san Juan Bautista (elegidos por Dios)
Rev. D. Joan MARTÍNEZ Porcel
(Barcelona, España)
Hoy celebramos el nacimiento del Bautista. San Juan es un hombre de grandes contrastes: vive el silencio del desierto, pero desde allí mueve las masas; es humilde para reconocer que él tan sólo es la voz —no la Palabra— pero es capaz de acusar y denunciar las injusticias incluso a los mismos reyes. Silencioso y humilde, es también valiente y decidido hasta derramar su sangre.
¡Juan Bautista es un gran hombre! Quizás el secreto de su grandeza está en su conciencia de saberse elegido por Dios. Toda su niñez y juventud estuvo marcada por la conciencia de su misión: dar testimonio; y lo hace bautizando a Cristo en el Jordán, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto y, al final de su vida, derramando su sangre en favor de la verdad.
—Todos nosotros, por el bautismo, hemos sido elegidos y enviados a dar testimonio del Señor. En un ambiente de indiferencia, san Juan es modelo y ayuda para nosotros.
El Nacimiento de san Juan Bautista (elegidos por Dios)
El Nacimiento de san Juan Bautista (elegidos por Dios)
Rev. D. Joan MARTÍNEZ Porcel
(Barcelona, España)
Hoy celebramos el nacimiento del Bautista. San Juan es un hombre de grandes contrastes: vive el silencio del desierto, pero desde allí mueve las masas; es humilde para reconocer que él tan sólo es la voz —no la Palabra— pero es capaz de acusar y denunciar las injusticias incluso a los mismos reyes. Silencioso y humilde, es también valiente y decidido hasta derramar su sangre.
¡Juan Bautista es un gran hombre! Quizás el secreto de su grandeza está en su conciencia de saberse elegido por Dios. Toda su niñez y juventud estuvo marcada por la conciencia de su misión: dar testimonio; y lo hace bautizando a Cristo en el Jordán, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto y, al final de su vida, derramando su sangre en favor de la verdad.
—Todos nosotros, por el bautismo, hemos sido elegidos y enviados a dar testimonio del Señor. En un ambiente de indiferencia, san Juan es modelo y ayuda para nosotros.
23 jun 2020
Santo Evangelio 23 de junio 2020
Día litúrgico: Martes XII del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Mt 7,6.12-14): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen (…)».
Liturgia: "Sancta sancte tractanda"
REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI)
(Città del Vaticano, Vaticano)
Hoy el Señor es tajante: "las cosas santas hay que tratarlas santamente" ("Sancta sancte tractanda", decían los clásicos). ¡Necesitamos una nueva educación litúrgica! En la Iglesia Católica el culto es peculiar y santo: es "liturgia", es decir, acción de Cristo en nosotros y con nosotros (es Jesucristo quien me alimenta con su Cuerpo en la Comunión, etc.). Hemos de recibir con delicadeza este actuar de Dios mismo.
La liturgia es "obra de Dios", donde Él mismo actúa primero y nosotros somos redimidos con su acción. Debemos disponernos mediante una actitud orante, con disciplina, paz (¡sin prisas!) y reverencia: ¡estamos a la vista de Dios! Debemos ser gratos a los ojos divinos incluso en la postura del cuerpo y en la emisión de la voz (el respetuoso tiende a rezar con la palabra "tímida", porque Dios no necesita ser despertado a gritos).
—Jesús, despiértame una comprensión íntima hacia lo sagrado y haz que me sienta atraído hacia Ti. ¡Todo lo demás es secundario!
Ecología: la creación como un don que nos ha sido encomendado
REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI)
(Città del Vaticano, Vaticano)
Hoy recordamos que el mundo no existe por sí mismo; proviene del Espíritu Creador de Dios, de la Palabra Creadora de Dios. Por eso refleja también la sabiduría de Dios. La creación, en su amplitud y en la lógica omnicomprensiva de sus leyes, permite vislumbrar algo del Espíritu Creador de Dios. Nos invita al temor reverencial.
Quien, como cristiano, cree en el Espíritu Creador es consciente de que no podemos usar el mundo y abusar de él y de la materia como si se tratara simplemente de un material para nuestro obrar y querer. Debemos considerar la creación como un don que nos ha sido encomendado, no para destruirlo, sino para convertirlo en el jardín de Dios y así también en un jardín del hombre.
—Frente a las múltiples formas de abuso de la tierra que constatamos, escuchamos casi el gemido de la creación, del que habla san Pablo (cf. Rm 8,22); comenzamos a comprender las palabras del Apóstol, es decir, que la creación espera con impaciencia la revelación de los hijos de Dios, para ser libre y alcanzar su esplendor.
Liturgia: "Sancta sancte tractanda"
Liturgia: "Sancta sancte tractanda"
REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI)
(Città del Vaticano, Vaticano)
Hoy el Señor es tajante: "las cosas santas hay que tratarlas santamente" ("Sancta sancte tractanda", decían los clásicos). ¡Necesitamos una nueva educación litúrgica! En la Iglesia Católica el culto es peculiar y santo: es "liturgia", es decir, acción de Cristo en nosotros y con nosotros (es Jesucristo quien me alimenta con su Cuerpo en la Comunión, etc.). Hemos de recibir con delicadeza este actuar de Dios mismo.
La liturgia es "obra de Dios", donde Él mismo actúa primero y nosotros somos redimidos con su acción. Debemos disponernos mediante una actitud orante, con disciplina, paz (¡sin prisas!) y reverencia: ¡estamos a la vista de Dios! Debemos ser gratos a los ojos divinos incluso en la postura del cuerpo y en la emisión de la voz (el respetuoso tiende a rezar con la palabra "tímida", porque Dios no necesita ser despertado a gritos).
—Jesús, despiértame una comprensión íntima hacia lo sagrado y haz que me sienta atraído hacia Ti. ¡Todo lo demás es secundario!
22 jun 2020
Santo Evangelio 22 de junio 2020
Día litúrgico: Lunes XII del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Mt 7,1-5): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis seréis juzgados, y con la medida con que midáis se os medirá (…)».
Fraternidad: "juzgar" con la mirada de Cristo
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench
(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)
Hoy Jesucristo, como maestro, nos pide que ayudemos a los demás, y que lo hagamos con humildad, dando buen ejemplo y evitando el "juicio crítico". A veces "conocemos" los defectos en los demás y no "reconocemos" los nuestros; o exigimos lo que ni nosotros hacemos. El Señor nos advierte del peligro de la hipocresía y nos pide la sinceridad con nosotros mismos.
Amar a una persona es desear su mejora, su progreso. Para ello, con frecuencia debemos ver, juzgar y evaluar. Pero, ¿cómo hacerlo en positivo? El secreto es doble. Primero, el buen ejemplo propio, que anima a quienes nos rodean. Segundo, juzgar con la mirada de Cristo: con la Verdad por delante y acompañando con la misericordia. Eso es fraternidad.
—Jesús, deseo ocuparme de los míos como tú lo haces con nosotros. Te veo aceptando y disculpando a María Magdalena; te veo recogiendo y llevándote al cielo a Dimas, el buen ladrón. ¡Ayúdame a ayudar!
Fraternidad: "juzgar" con la mirada de Cristo
Fraternidad: "juzgar" con la mirada de Cristo
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench
(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)
Hoy Jesucristo, como maestro, nos pide que ayudemos a los demás, y que lo hagamos con humildad, dando buen ejemplo y evitando el "juicio crítico". A veces "conocemos" los defectos en los demás y no "reconocemos" los nuestros; o exigimos lo que ni nosotros hacemos. El Señor nos advierte del peligro de la hipocresía y nos pide la sinceridad con nosotros mismos.
Amar a una persona es desear su mejora, su progreso. Para ello, con frecuencia debemos ver, juzgar y evaluar. Pero, ¿cómo hacerlo en positivo? El secreto es doble. Primero, el buen ejemplo propio, que anima a quienes nos rodean. Segundo, juzgar con la mirada de Cristo: con la Verdad por delante y acompañando con la misericordia. Eso es fraternidad.
—Jesús, deseo ocuparme de los míos como tú lo haces con nosotros. Te veo aceptando y disculpando a María Magdalena; te veo recogiendo y llevándote al cielo a Dimas, el buen ladrón. ¡Ayúdame a ayudar!
21 jun 2020
La única esperanza "fiable"
La única esperanza "fiable"
REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI)
(Città del Vaticano, Vaticano)
Hoy Jesucristo nos llama a mantener una esperanza "fiable", una meta tan grande que nos permita afrontar el fatigoso presente. La verdadera, la gran esperanza que resiste a pesar de todas las desilusiones, sólo puede ser Dios, que nos ama hasta el extremo. Quien no conoce a Dios, aunque tenga múltiples esperanzas, en el fondo está sin esperanza.
La historia lo ha demostrado: no es la ciencia, ni la acción político-económica, lo que rehace al hombre, sino el amor. Si existe un amor absoluto con su certeza absoluta, entonces —sólo entonces— el hombre es redimido. Gracias a Jesucristo estamos seguros de Dios (que no es una lejana "causa primera"), porque su Hijo unigénito se ha hecho hombre y se ha entregado totalmente por nosotros.
—Jesús, tu amor me da la posibilidad de perseverar —día a día— en medio de la imperfección natural de este mundo. Tu reino no es un más allá imaginario, sino que está presente allí donde Tú eres amado.