▼
16 mar 2013
¿Qué le enseñarías a tus hijos para el nuevo milenio?
¿Qué le enseñarías a tus hijos para el nuevo milenio?
Que aprendan que lo más valioso no es lo que tienen en sus vidas, sino a quien tienen en sus vidas.
Que aprendan que no es bueno compararse con los demás porque siempre habrá alguien mejor o peor que ellos.
Que aprendan que no pueden hacer que alguien los ame, lo que pueden hacer es dejarse amar.
Que aprendan que "rico" no es el que más tiene, sino el que menos necesita.
Que aprendan que deben controlar sus actitudes o sus actitudes los controlarán.
Que aprendan que hay gente que los quiere mucho, pero que simplemente no saben cómo demostrarlo.
Que aprendan que los grandes sueños no requieren de grandes alas sino de un tren de aterrizaje para lograrlos.
Que aprendan que no siempre es suficiente ser perdonados por otros, algunas veces deben perdonarse a sí mismos.
Que aprendan que la felicidad no es cuestión de suerte sino producto de decisiones.
Que aprendan que dos personas pueden mirar una misma cosa y ver algo totalmente diferente.
Que aprendan que, al retener a la fuerza a las personas que aman, las alejan más rápidamente de ellos y, al dejarlas ir, las tienen para siempre a su lado.
Que aprendan que amar y querer no son sinónimos sino antónimos: el quererlo exige todo, el amar lo entrega todo.
Que aprendan que toma años construir la confianza y sólo segundos destruirla.
Cristo es redentor porque es Hijo de Dios
Cristo es redentor porque es Hijo de Dios
Sábado cuarta semana de Cuaresma. Cristo es, por encima de todo, el Hijo de Dios, enviado al mundo para salvarnos.
Autor: P. Cipriano Sánchez LC | Fuente: Catholic.net
La liturgia de estos días nos va hablando de cómo Jesús se va encontrando cada vez más ante un juicio. Un juicio que Él hace sobre el mundo y, al mismo tiempo, un juicio que el mundo hace sobre Él. El juicio que el mundo hace sobre Él se define en la fe, y por eso dirá: "Si no creen que Yo soy". Ese juicio, que se define en la fe, es el juicio del hombre que tiene que acabar por aceptar la presencia de Dios tal y como Él la quiere poner en su vida, porque mientras el hombre no acepte esto, Jesucristo no podrá verdaderamente salvarlo.
Cristo es acusado, y por eso dirá: "Cuando hayan levantado al Hijo del Hombre conocerán lo que Yo soy". Pero, al mismo tiempo es juez, y es Él mismo el que realiza el veredicto definitivo sobre nuestro pecado.
El juicio que nosotros hacemos sobre Cristo se resume en la cruz. Dios envía a su Hijo, y el mundo lo crucifica; Dios realiza la obra de la redención a través del juicio que el mundo hace de su Hijo, es decir de la cruz.
Esto es para nosotros un motivo de seria reflexión. El darnos cuenta de que nuestro juicio sobre Cristo es un juicio condenatorio, porque lo llevan a la cruz.
Nuestros pecados, nuestras debilidades, nuestras miserias, reconocidas o no, son las que juzgan a Cristo. Y lo juzgan haciéndolo que tenga que ser levantado y muerto por nosotros. Ésa es nuestra palabra sobre Cristo; pero, al mismo tiempo, tenemos que ver cuál es la palabra de Cristo sobre nosotros. Jesús dirá: "Cuando hayan levantado al Hijo del Hombre, entonces conocerán que Yo soy". Ese "Yo soy", no es simplemente un pronombre y un verbo, "Yo soy" es el nombre de Dios. Cuando Cristo está diciendo "Yo soy", está diciendo Yo soy Dios.
La cruz es la que nos revela, en ese misterio tan profundo, la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, porque la cruz es el camino que Dios elige, que Dios busca, que Dios escoge para hacer que nuestro juicio sobre Él de ser condena, se transforme en redención. Ésa es la moneda con la que Dios regresa el comportamiento del hombre con su Hijo.
Hay situaciones en las que, por nuestros pecados y por nuestras debilidades, vivimos en la obscuridad y en la amargura. Parecería que la expulsión de la comunión con Dios, que produce todo pecado, sería la auténtica respuesta de Dios al hombre, y, sin embargo, no es así. La auténtica respuesta de Dios al hombre es la redención. Mientras que el hombre responde a Dios juzgando, condenando y crucificando a su Hijo, Dios responde al hombre con un juicio diferente: la redención, el perdón. Pero para eso nosotros necesitamos ponernos en manos de Dios nuestro Señor.
Cristo constantemente nos está diciendo que Él es redentor porque es Hijo de Dios. Es decir, Él es el redentor porque es igual al Padre. "Yo soy", no me ha dejado solo, yo hago siempre lo que a Él le agrada. Ése es Cristo. Por eso es nuestro redentor. Cristo no es solamente alguien que se solidariza con nosotros, con nuestros pecados, con nuestras debilidades; Cristo es, por encima de todo, el Hijo de Dios, enviado al mundo para salvarnos.
Tenemos urgencia de descubrir esto para hacer de Cristo el primero. Único y fundamental punto de referencia; criterio, centro y modelo de toda nuestra vida cristiana, apostólica, espiritual y familiar, para que verdaderamente Él pueda redimir nuestra vida personal, para que Él pueda redimir la vida conyugal de los esposos cristianos, para que Él pueda redimir la vida familiar, para que Él pueda redimir la vida social de los seglares cristianos, porque si Cristo no se convierte en punto de referencia, no podrá redimirnos.
Se acerca la Semana Santa, que son momentos en los que podríamos quedarnos simplemente en una contemplación sentimental de los misterios de la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor, cuando lo que está sucediendo en la Semana Santa es que Cristo se convierte en el juez y Señor de la historia, en el único que puede vencer a lo que destruye a la historia, que es la muerte. Cristo, vencedor de la muerte, se convierte así en el Señor de toda la historia y de toda la humanidad; en juez de toda la historia de la humanidad, y lo hace a través de la cruz, por lo que se transforma de condena en redención.
Seamos capaces de ir cristianizando cada vez más nuestros criterios, de ir cristianizando cada vez más nuestros comportamientos y de ir haciendo de nuestro Señor el punto de referencia de nuestra existencia. Que nuestra fe, nuestra adhesión, nuestro ponernos totalmente del lado de Cristo se conviertan en la garantía de que nosotros no muramos en nuestros pecados, sino que hagamos de la condena que sobre ellos tendría que cernirse, redención; y del castigo que sobre ellos tendría que caer en justicia, hagamos misericordia en nuestros corazones.
Oración del Angelus
ANGELUS
V. El Ángel del Señor anunció a María,
R. Y concibió por obra del Espíritu Santo.
Avemaría.
V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mi según tu palabra.
Avemaría.
V. Y el Verbo se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros.
Avemaría.
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Oración
Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz seamos llevados a la gloria de su Resurrección. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén.
Diez frases contundentes (y un vídeo) del Papa Francisco que no le dejarán indiferente
Diez frases contundentes (y un vídeo) del Papa Francisco que no le dejarán indiferente
"No quiero ofender, pero si crees que Cáritas es una ONG, te has equivocado", dice en un vídeo el entonces cardenal Bergoglio.
Pérez Esquivel, Nobel de la Paz, desmiente que Bergoglio fuese cómplice de la dictadura
“Con mucha vergüenza hace años hemos asistido a lujosas cenas de cáritas en las que se rifaban joyas y cosas fastuosas. Te equivocaste: eso no es Cáritas”.
Esta frase se puede escuchar en el video que hay al final de este artículo. En los últimos años, cuando el Papa Francisco era el cardenal Bergoglio, obispo de Buenos Aires, no ahorró duras críticas contra un sistema económico y social injusto.
Destacamos estas diez frases que abarcan diversas temáticas sociales:
1. Contra la trata de seres humanos “Buenos Aires es una fábrica de esclavos y una picadora de carne (...) ¡Por favor, no nos lavemos las manos, porque si no somos cómplices de esta esclavitud! (...) Hay esclavos que fabrican estos señores que están a cargo de la trata. Buenos Aires es una picadora de carne que destroza la vida de estas personas y les quiebra su dignidad”. 13 de julio de 2010. Homilía pronunciada durante una misa en el barrio de Constitución (Buenos Aires).
2. Sobre la justicia social "El que duerme en la calle no se ve como persona sino como parte de la suciedad y abandono del paisaje urbano, de la cultura del descarte, del ‘volquete’". 26 de agosto de 2011, ante 400 delegados –laicos, sacerdotes, religiosas y religiosos- de las diócesis de la Región Pastoral de Buenos Aires, que participaban en el Primer Congreso Regional de Pastoral Urbana.
3. Contra los sacerdotes que no bautizan bebés de madres solteras "Estos son los hipócritas de hoy. Los que clericalizaron a la Iglesia. Los que apartan al pueblo de Dios de la salvación. Y esa pobre chica que, pudiendo haber mandado a su hijo al remitente, tuvo la valentía de traerlo al mundo, va peregrinando de parroquia en parroquia para que se lo bauticen". 4 de septiembre de 2012, en la misa de clausura del encuentro de Pastoral Urbana de la región pastoral de Buenos Aires.
4. Sobre la cultura de la vida; contra el aborto y la eutanasia "Hay que poner la cara y decir: esto es cultura de la vida, esto es vida, todo lo contrario a la cultura de la muerte; si alguien ve que alguna de estas cosas falta, díganle que no, que por ese camino no se va a ninguna parte, que por ese camino se fracasa siempre". 1 de septiembre de 2009, en el santuario de San Ramón Nonato a quien tradicionalmente las madres gestantes le agradecen el don de la vida y las mujeres le piden su intercesión para quedar embarazadas.
5. Sobre la ley de matrimonio homosexual en Argentina “No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una movida del Padre de la Mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios”. 8 de julio de 2010, en una carta dirigida a las religiosas carmelitas de Buenos Aires.
6. Sobre la explotación laboral "He dicho que los que lo que nos enseñaban en el colegio, que la Asamblea del año XIII abolió la esclavitud, son cuentos chinos. En Buenos Aires tan vanidosa, tan orgullosa, sigue habiendo esclavos, sigue habiendo esclavitud". 29 de marzo de 2011. Misa en el lugar donde funcionaba un taller clandestino en el que murieron seis personas calcinadas por un incendio en 2006.
7. Sobre el episcopado argentino "Descuidamos fácilmente el ministerio de la predicación y, para vergüenza nuestra, nos continuamos llamando obispos; nos place el prestigio que da este nombre, pero en cambio no poseemos la virtud que este nombre exige".
11 de noviembre de 2009. Ante el plenario de la conferencia episcopal argentina.
8. Sobre los peligros del laicismo "Al hacer como si Jesucristo no existiera, al relegarlo a la sacristía y no querer que se meta en la vida pública, negamos tantas cosas buenas que el cristianismo aportó a nuestra cultura, haciéndola más sabia y justa; a nuestras costumbres, haciéndolas más alegres y dignas". 8 de agosto de 2010, homilía en la celebración religiosa dedicada a San Cayetano en el barrio porteño de Liniers
9. Sobre la educación de los niños"Nunca podremos enseñarle a un chico el horizonte de grandeza de la patria (…) si usamos nuestra diligencia como escalón de nuestras ambiciones personales, para nuestro trepar cotidiano, para nuestros mezquinos intereses, para abultar la caja o para promover los amigos que nos sostienen". 15 de abril de 2010, en la homilía de la Misa por la Educación, oficiada en la Catedral frente a 5000 alumnos y docentes.
10. Sobre el peligro del "clericalismo" "Los curas tendemos a clericalizar a los laicos. Y los laicos -no todos pero muchos- nos piden de rodillas que los clericalicemos porque es más cómodo ser monaguillo que protagonista de un camino laical. No tenemos que entrar en esa trampa, es una complicidad pecadora. (...) El laico es laico y tiene que vivir como laico con la fuerza del bautismo, (...) llevando su cruz cotidiana como la llevamos todos. Y la cruz del laico, no la del cura. La del cura que la lleve el cura que bastante hombro le dio Dios para eso". Noviembre de 2011, en una entrevista hecha por la agencia argentina AICA.
... y un vídeo: "si no hay esperanza para los pobres, no la habrá para nadie, ni para los ricos".
el recepcionista de la Casa de los Jesuitas, estupefacto
el recepcionista de la Casa de los Jesuitas, estupefacto
«Soy el Papa Francisco, quisiera hablar con el Padre General. No, de verdad que soy el Papa»
El Papa llamó por teléfono a la Casa General de los Jesuitas en Roma pero tuvo que convencer con paciencia al recepcionista de que realmente era el Papa.
Pensó que era una broma. El joven portero de la Casa General de la Compañía de Jesús en Roma nunca esperó recibir una llamada telefónica del Papa Francisco, quien con paciencia y cariño tuvo que convencerle de su identidad para poder hablar con el superior general de los Jesuitas y agradecerle la carta que éste le había enviado la víspera.
El hecho ocurrió a las 10:15 a.m. (hora de Roma) de este viernes y según el relato del Padre jesuita Claudio Barriga, que ha enviado por correo electrónico a las comunidades y amigos de los Jesuitas en todo el mundo, en la casa de Roma se vivieron momentos intensos con la inesperada llamada, según recoge la agencia Aciprensa.
"El portero respondió al teléfono. Le dicen que tiene una llamada desde Santa Marta, y escucha una voz suave y serena: Buon Giorno, sono il Papa Francesco, vorrei parlare con il Padre Generale. (Buenos días, soy el Papa Francisco, quisiera hablar con el Padre General)".
"El portero casi le responde: ´Y yo soy Napoleón´, pero se contuvo. Le respondió secamente: ´¿De parte de quién?´ El Papa entendió que el joven portero italiano no le estaba creyendo y le repite dulcemente: "No, de verdad, soy el Papa Francisco, ¿y usted cómo se llama?"
"Desde la elección del Papa el teléfono de nuestra casa suena cada dos minutos y muchos llaman, incluso gente desequilibrada", señala el Padre Barriga. "A esa altura el portero responde con voz titubeante, dándose cuenta de su error y casi desvaneciéndose: ‘Me llamo Andrés’. El Papa le contesta: ‘¿cómo estás, Andrés?’ Respuesta: ‘Yo bien, disculpe, sólo un poco confundido’. El Papa le dice: ‘No te preocupes, por favor comunícame con el Padre General, quisiera agradecerle por la hermosa carta que me ha escrito’. El portero: ‘Disculpe, Su Santidad, lo voy a comunicar. El Papa: No, no hay problema; yo espero lo que sea necesario’".
El joven portero, Andrés, entregó el teléfono al hermano Afonso, secretario privado del Padre Adolfo Nicolás y ocurrió la siguiente conversación:
-Afonso: "¿Aló?"
-Papa Francisco: "¿Con quién hablo?"
-Afonso: "Soy Afonso, secretario personal del Padre General".
-Papa Francisco: "Soy el Papa, quisiera saludar al Padre General, para agradecerle la bonita carta que me envió".
-Afonso:: "Sí, un momento".
Tras este diálogo en italiano, Afonso se dirige "incrédulo hacia la oficina del Padre General, al lado de la suya, mientras sigue la conversación. Le dice: ‘¡Santo Padre, felicidades por su elección, aquí estamos todos contentos por su nombramiento, estamos rezando mucho por usted!’"
"¿Rezando para que yo vaya para adelante o para atrás?", bromea el Papa. "Naturalmente para adelante", le responde Afonso mientas caminaba. El Papa responde con una risa espontánea.
"Aturdido por la impresión, el hermano ni siquiera llamó a la puerta de la oficina del Padre General y se dirigió hasta donde estaba él, quien lo miró sorprendido. Afonso extendió la mano con el teléfono y le dijo al Padre General, mirándole a los ojos: ´El Papa´".
"Lo que siguió después no lo sabemos en detalle, pero el Papa agradeció muy cordialmente al Padre General por su carta. El General le dijo que le gustaría verlo para saludarlo. El Papa le respondió que va a dar instrucciones a su secretario para que eso pueda ser lo más pronto posible, y que del Vaticano le irían a avisar", concluyó el Padre Barriga.
Religión en libertad
Santo Evangelio 16 de Marzo de 2013
Autor: Leonardo Ramírez | Fuente: Catholic.net
Discusiones sobre el origen de Cristo
Juan 7, 40-53. Cuaresma. Delante de Cristo el hombre no se puede quedar indiferente. ¿Qué actitud tenemos nosotros?
Del santo Evangelio según san Juan 7, 40-53
En aquel tiempo la gente que oyó estos discursos de Jesús, unos decían: Este es verdaderamente el profeta. Otros decían: Este es el Cristo. Pero otros replicaban: ¿Acaso va a venir de Galilea el Cristo? ¿No dice la Escritura que el Cristo vendrá de la descendencia de David y de Belén, el pueblo de donde era David? Se originó, pues, una disensión entre la gente por causa de él. Algunos de ellos querían detenerle, pero nadie le echó mano. Los guardias volvieron donde los sumos sacerdotes y los fariseos. Estos les dijeron: ¿Por qué no le habéis traído? Respondieron los guardias: Jamás un hombre ha hablado como habla ese hombre. Los fariseos les respondieron: ¿Vosotros también os habéis dejado embaucar? ¿Acaso ha creído en él algún magistrado o algún fariseo? Pero esa gente que no conoce la Ley son unos malditos. Les dice Nicodemo, que era uno de ellos, el que había ido anteriormente donde Jesús: ¿Acaso nuestra Ley juzga a un hombre sin haberle antes oído y sin saber lo que hace? Aquellos le respondieron: ¿También tú eres de Galilea? Indaga y verás que de Galilea no sale ningún profeta. Y se volvieron cada uno a su casa.
Oración introductoria
Señor Jesús, creo que eres el verdadero Hijo de Dios que has venido al mundo para alcanzarme el perdón de mis pecados, para purificar mi alma de toda mancha y poder presentársela al Padre cuando termine mi peregrinación por esta vida. Confío, Señor, en el poder de tus méritos, en tu amor y tu perdón que me llevarán a la vida eterna. Te amo, Señor, y quiero amarte cada día más, hacer de mi amor a ti mi motivo de actuación. Acrecienta mi amor a ti, y ayúdame a permanecer en tu amor y cumplir tus mandamientos.
Petición
Señor, ven a reinar en mi interior; sé, Tú, el Rey de mi vida.
Meditación del Papa
Quien invoca al Señor en su sufrimiento y enfermedad, está seguro de que su amor no le abandona nunca, y de que el amor de la Iglesia, que continúa en el tiempo su obra de salvación, nunca le faltará. La curación física, expresión de la salvación más profunda, revela así la importancia que el hombre, en su integridad de alma y cuerpo, tiene para el Señor. Cada uno de los sacramentos, además, expresa y actúa la proximidad Dios mismo, el cual, de manera absolutamente gratuita, "nos toca por medio de realidades materiales..., que él toma a su servicio y las convierte en instrumentos del encuentro entre nosotros y Él mismo". "La unidad entre creación y redención se hace visible. Los sacramentos son expresión de la corporeidad de nuestra fe, que abraza cuerpo y alma, al hombre entero". La tarea principal de la Iglesia es, ciertamente, el anuncio del Reino de Dios, "pero precisamente este mismo anuncio debe ser un proceso de curación: "...para curar los corazones desgarrados", según la misión que Jesús confió a sus discípulos. El binomio entre salud física y renovación del alma lacerada nos ayuda, pues, a comprender mejor los "sacramentos de curación". (Benedicto XVI, 11 de febrero de 2012).
Reflexión
El evangelio nos presenta a los judíos dudando del origen divino de Cristo. Basándose en las Escrituras, aseguran que no puede ser Él el Mesías, porque ellos conocían sus orígenes -sabían que era de Nazaret-, y el profeta decía que el Mesías vendría de Belén, la ciudad de David. Esto les hace oponerse a Cristo, a sus enseñanzas, y se ofuscan a las prescripciones que seguían muy al pie de la letra. Nicodemo les exhorta a interrogarlo y a conocerlo antes de despreciarlo completamente. Se podría decir que es la presencia de la voz de Dios en sus corazones. Él cree y los quiere iluminar: los invita y dirige hacia la luz de la verdad. Igualmente, nosotros podemos estar disponibles a la acción de Dios, para que Él ilumine a las demás personas por nuestro medio.
Propósito
Hoy haré todo con la conciencia de agradar y amar más a Jesús.
Diálogo con Cristo
Señor Jesús, te agradezco hoy por enseñarme a vivir más en la fe y menos del lado superficial de las cosas. Te pido que me ayudes a vivir más de acuerdo con tus mandamientos, y hacer de ti el Señor de mi interior y de mi vida diaria. Gracias por tu amor y por salvarme con tu sufrimiento. Enséñame, Señor, a ser un buen cristiano y a ser un testigo de tu mensaje de amor a los hombres de mi entorno.
"La vocación del cristiano es la santidad, en todo momento de la vida. En la primavera de la juventud, en la plenitud del verano de la edad madura, y después también en el otoño y en el invierno de la vejez, y por último, en la hora de la muerte". (Beato Juan Pablo II)
Preguntas o comentarios al autor
Leonardo Ramírez, L.C.
15 mar 2013
¿Quién es Cristo para mi?
¿Quién es Cristo para mi?
Miércoles cuarta semana de Cuaresma. La conversión cristiana pasa primero por la experiencia de Cristo.
Autor: P. Cipriano Sánchez LC | Fuente: Catholic.net
La dimensión interior del hombre debe ser buscada insistentemente en nuestra vida. En esta reflexión veremos algunos de los efectos que debe tener esta dimensión interior en nosotros. No olvidemos que todo viene de un esfuerzo de conversión; todo nace de nuestro esfuerzo personal por convertir el alma a Dios, por dirigir la mente y el corazón a nuestro Señor.
¿Qué consecuencias tiene esta conversión en nosotros? En una catequesis el Papa hablaba de tres dimensiones que tiene que tener la conversión: la conversión a la verdad, la conversión a la santidad y la conversión a la reconciliación.
¿Qué significa convertirme a la verdad? Evidentemente que a la primera verdad a la que tengo que convertirme es a la verdad de mí mismo; es decir, ¿quién soy yo?, ¿para qué estoy en este mundo? Pero, al mismo tiempo, la conversión a la verdad es también una apertura a esa verdad que es Dios nuestro Señor, a la verdad de Cristo.
Convertirme a Cristo no es solamente convertirme a una ideología o a una doctrina; la conversión cristiana tiene que pasar primero por la experiencia de Cristo. A veces podemos hacer del cristianismo una teoría más o menos convincente de forma de vida, y entonces se escuchan expresiones como: "el concepto cristiano", "la doctrina cristiana", "el programa cristiano", "la ideología cristiana", como si eso fuese realmente lo más importante, y como si todo eso no estuviese al servicio de algo mucho más profundo, que es la experiencia que cada hombre y cada mujer tienen que hacer de Cristo.
Lo fundamental del cristianismo es la experiencia que el hombre y la mujer hacen de Jesucristo, el Hijo de Dios. ¿Qué experiencia tengo yo de Jesucristo? A lo mejor podría decir que ninguna, y qué tremendo sería que me supiese todo el catecismo pero que no tuviese experiencia de Jesucristo. Estrictamente hablando no existe una ideología cristiana, es como si dijésemos que existe una ideología de cada uno de nosotros. Existe la persona con sus ideas, pero no existe una ideología de una persona. Lo más que se puede hacer de cada uno de nosotros es una experiencia que, evidentemente como personas humanas, conlleva unas exigencias de tipo moral y humano que nacen de la experiencia. Si yo no parto de la reflexión sobre mi experiencia de una persona, es muy difícil que yo sea capaz de aplicar teorías sobre esa persona.
¿Es Cristo para mí una doctrina o es alguien vivo? ¿Es alguien vivo que me exige, o es simplemente una serie de preguntas de catecismo? La importancia que tiene para el hombre y la mujer la persona de Cristo no tiene límites. Cuando uno tuvo una experiencia con una persona, se da cuenta, de que constantemente se abren nuevos campos, nuevos terrenos que antes nadie había pisado, y cuando llega la muerte y dejamos de tener la experiencia cotidiana con esa persona, nos damos cuenta de que su presencia era lo que más llenaba mi vida.
Convertirme a Cristo significa hacer a Cristo alguien presente en mi existencia. Esa experiencia es algo muy importante, y tenemos que preguntarnos: ¿Está Cristo realmente presente en toda mi vida? ¿O Cristo está simplemente en algunas partes de mi vida? Cuando esto sucede, qué importante es que nos demos cuenta de que quizá yo no estoy siendo todo lo cristiano que debería ser. Convertirme a la verdad, convertirme a Cristo significa llevarle y hacerle presente en cada minuto.
Hay una segunda dimensión de esta conversión: la conversión a la santidad. Dice el Papa, "Toda la vida debe estar dedicada al perfeccionamiento espiritual. En Cuaresma, sin embargo, es más notable la exigencia de pasar de una situación de indiferencia y lejanía a una práctica religiosa más convencida; de una situación de mediocridad y tibieza a un fervor más sentido y profundo; de una manifestación tímida de la fe al testimonio abierto y valiente del propio credo." ¡Qué interesante descripción del Santo Padre! En la primera frase habla a todos los cristianos, no a monjes ni a sacerdotes. ¿Soy realmente una persona que tiende hacia la perfección espiritual? ¿Cuál es mi intención hacia la visión cristiana de la virtud de la humildad, de la caridad, de la sencillez de corazón, o en la lucha contra la pereza y vanidad?
El Papa pinta unos trazos de lo que es un santo, dice: "El santo no es ni el indiferente, ni el lejano, ni el mediocre, ni el tibio, ni el tímido". Si no eres lejano, mediocre, tímido, tibio, entonces tienes que ser santo. Elige: o eres esos adjetivos, o eres santo. Y no olvidemos que el santo es el hombre completo, la mujer completa; el hombre o la mujer que es convencido, profundo, abierto y valiente.
Evidentemente la dimensión fundamental es poner mi vida delante de Dios para ser convencido delante de Dios, para ser profundo delante de Dios, para ser abierto y valiente delante de Dios.
Podría ser que en mi vida este esfuerzo por la santidad no fuese un esfuerzo real, y esto sucede cuando queremos ser veleidosamente santos. Una persona veleidosa es aquella que tiene un grandísimo defecto de voluntad. El veleidoso es aquella persona que, queriendo el bien y viéndolo, no pone los medios. Veo el bien y me digo: ¡qué hermoso es ser santo!, pero como para ser santo hay que ser convencido, profundo, abierto y valiente, pues nos quedamos con los sueños, y como los sueños..., sueños son.
¿Realmente quiero ser santo, y por eso mi vida cristiana es una vida convencida, y por lo mismo procuro formarme para convencerme en mi formación cristiana a nivel moral, a nivel doctrinal? ¡Cuántas veces nuestra formación cristiana es una formación ciega, no formada, no convencida! ¿Nos damos cuenta de que muchos de los problemas que tenemos son por ignorancia? ¿Es mi cristianismo profundo, abierto y valiente en el testimonio?
Hay una tercera dimensión de esta conversión: la dimensión de la reconciliación. De aquí brota y se empapa la tercera conversión a la que nos invita la Cuaresma. El Papa dice que todos somos conscientes de la urgencia de esta invitación a considerar los acontecimientos dolorosos que está sufriendo la humanidad: "Reconciliarse con Dios es un compromiso que se impone a todos, porque constituye la condición necesaria para recuperar la serenidad personal, el gozo interior, el entendimiento fraterno con los demás y por consiguiente, la paz en la familia, en la sociedad y en el mundo. Queremos la paz, reconciliémonos con Dios".
La primera injusticia que se comete no es la injusticia del hombre para con el hombre, sino la injusticia del hombre para con Dios. ¿Cuál es la primera injusticia que aparece en la Biblia? El pecado original. ¿Y del pecado de Adán y Eva qué pecado nace? El segundo pecado, el pecado de Caín contra Abel. Del pecado del hombre contra Dios nace el pecado del hombre contra el hombre. No existe ningún pecado del hombre contra el hombre que no provenga del pecado primero del hombre contra Dios. No hay ningún pecado de un hombre contra otro que no nazca de un corazón del cual Dios ya se ha ido hace tiempo. Si queremos transformar la sociedad, lo primero que tenemos que hacer es reconciliar nuestro corazón con Dios. Si queremos recristianizar al mundo, cambiar a la humanidad, lo primero que tenemos que hacer es transformar y recristianizar nuestro corazón. ¿Mis criterios son del Evangelio? ¿Mis comportamientos son del Evangelio? ¿Mi vida familiar, conyugal, social y apostólica se apega al Evangelio?
Ésta es la verdadera santidad, que sólo la consiguen las personas que realmente han hecho en su existencia la experiencia de Cristo. Personas que buscan y anhelan la experiencia de Cristo, y que no ponen excusas para no hacerla. No es excusa para no hacer la experiencia de Cristo el propio carácter, ni las propias obligaciones, ni la propia salud, porque si en estos aspectos de mi vida no sé hacer la experiencia de Cristo, no estoy siendo cristiano.
Cuaresma es convertirse a la verdad, a la santidad y a la reconciliación. En definitiva, Cuaresma es comprometerse. Convertirse es comprometerse con Cristo con mi santidad, con mi dimensión social de evangelización. ¿Tengo esto? ¿Lo quiero tener? ¿Pongo los medios para tenerlo? Si es así, estoy bien; si no es así, estoy mal. Porque una persona que se llame a sí misma cristiana y que no esté auténticamente comprometida con Cristo en su santidad para evangelizar, no es cristiana.
Reflexionen sobre esto, saquen compromisos y busquen ardientemente esa experiencia, esa santidad y ese compromiso apostólico; nunca digan no a Cristo en su vida, nunca se pongan a sí mismos por encima de lo que Cristo les pide, porque el día en que lo hagan, estarán siendo personas lejanas, indiferentes, tibias, mediocres, tímidas. En definitiva no estarán siendo seres humanos auténticos, porque no estarán siendo cristianos.
Luisa de Marillac, Santa
Luisa de Marillac, Santa
Patrona de la Asistencia Social, Marzo 15
Autor: . | Fuente: Corazones.org
Fundadora, con San Vicente de Paúl,
de la Hijas de la Caridad.
Martirologio Romano: En París, en Francia, santa Luisa de Marillac, viuda, que con el ejemplo formó el Instituto de Hermanas de la Caridad para ayuda de los necesitados, completando así la obra delineada por san Vicente de Paúl (1660).
Etimológicamente: Luisa = Aquella que es famoso en la guerra, es de origen germánico.
Nació en París en 1591, Hija de Louis de Marillac, señor de Ferrieres. Perdió a su madre desde temprana edad, pero tuvo una buena educación, gracias, en parte, a los monjes de Poissy, a cuyos cuidados fue confiada por un tiempo, y en parte, a la instrucción personal de su propio padre, que murió cuando ella tenía poco más de quince años. Luisa había deseado hacerse hermana capuchina, pero el que entonces era su confesor, capuchino él mismo, la disuadió de ello a causa de su endeble salud. Finalmente se le encontró un esposo digno: Antonio Le Gras, hombre que parecía destinado a una distinguida carrera y que ella aceptó. Tuvieron un hijo. En el período en que Antonio estuvo gravemente enfermo, ella lo cuidó con esmero y completa dedicación.. Desgraciadamente, Luisa sucumbió a la tentación de considerar esta enfermedad como un castigo por no haber mostrado su agradecimiento a Dios, que la colmaba de bendiciones, y estas angustias de conciencia fueron motivos de largos períodos de dudas y aridez espiritual. Tuvo, sin embargo, la buena fortuna de conocer a San Francisco de Sales, quien pasó algunos meses en París, durante el año 1619. De él recibió la dirección más sabia y comprensiva. Pero París no era el lugar del santo.
Un poco antes de la muerte de su esposo, Luisa hizo voto de no contraer matrimonio de nuevo y dedicarse totalmente al servicio de Dios. Después, tuvo una extraña visión espiritual en la que sintió disipadas sus dudas y comprendió que había sido escogida para llevar a cabo una gran obra en el futuro, bajo la guía de un director a quien ella no conocía aun. Antonio Le Gras murió en 1625. Pero ya para entonces Luisa había conocido a "Monsieur Vicente", quien mostró al principio cierta renuncia en ser su confesor, pero al fin consintió. San Vicente en aquel tiempo estaba organizando sus "Conferencias de Caridad", con el objeto de remediar la espantosa miseria que existía entre la gente del campo, para ello necesitaba una buena organización y un gran numero de cooperadores. La supervisión y la dirección de alguien que infundiera absoluto respeto y que tuviera, a la vez, el tacto suficiente para ganarse los corazones y mostrarles el buen camino con su ejemplo.
A medida que fue conociendo más profundamente a "Mademoiselle Le Gras", San Vicente descubrió que tenía a la mano el preciso instrumento que necesitaba. Era una mujer decidida y valiente, dotada de clara inteligencia y una maravillosa constancia, a pesar de la debilidad de salud y, quizás lo más importante de todo, tenía la virtud de olvidarse completamente de si misma por el bien de los demás. Tan pronto como San Vicente le habló de sus propósitos, Luisa comprendió que se trataba de una obra para la gloria de Dios. Quizás nunca existió una obra religiosa tan grande o tan firme, llevada a cabo con menos sensacionalismo, que la fundación de la sociedad, que fue conocida como "Hijas de la Caridad" y que se ha ganado el respeto de los hombres de la más diversas creencias en todas partes del mundo. Solamente después de cinco años de trato personal con Mlle. Le Gras, Monsieur Vicente, que siempre tenía paciencia para esperar la oportunidad enviada por Dios, mandó a esta dama devota, en mayo de 1629, a hacer lo que podríamos llamar una visita a "La Caridad" de Montmirail. Esta fue la precursora de muchas misiones similares y, a pesar de la mala salud de la señorita, tomada muy en cuenta por San Vicente, ella no retrocedió ante las molestias y sacrificios.
En 1633, fue necesario establecer una especie de centro de entrenamiento o noviciado, en la calle que entonces se conocía como Fosses-Saint-Victor. Ahí estaba la vieja casona que Le Gras había alquilado para sí misma después de la muerte de su esposo, donde dio hospitalidad a las primeras candidatas que fueron aceptadas para el servicio de los pobres y enfermos; cuatro sencillas personas cuyos verdaderos nombres quedaron en el anonimato. Estas, con Luisa como directora, formaron el grano de mostaza que ha crecido hasta convertirse en la organización mundialmente conocida como Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Su expansión fue rápida. Pronto se hizo evidente que convendría tener alguna regla de vida y alguna garantía de estabilidad. Desde hacía tiempo, Luisa había querido ligarse a este servicio con voto, pero San Vicente, siempre prudente y en espera de una clara manifestación de la voluntad de Dios, había contenido su ardor. Pero en 1634, el deseo de la santa se cumplió. San Vicente tenía completa confianza en su hija espiritual y fue ella misma la que redactó una especie de regla de vida que deberían seguir los miembros de la asociación. La sustancia de este documento forma la médula de la observancia religiosa de las Hermanas de la Caridad Aunque éste fue un gran paso hacia adelante, el reconocimiento de las Hermanas de la Caridad como un instituto de monjas, estaba todavía lejos.
En la actualidad, la blanca cofia y el hábito azul al que sus hijas han permanecido fieles durante cerca de 300 años, llaman inmediatamente la atención en cualquier muchedumbre. Este hábito es tan sólo la copia de los trajes que antaño usaban las campesinas. San Vicente, enemigo de toda pretensión, se opuso a que sus hijas reclamaran siquiera una distinción en sus vestidos para imponer ese respeto que provoca el hábito religioso. No fue sino hasta 1642, cuando permitió a cuatro miembros de su institución hacer votos anuales de pobreza, castidad y obediencia y, solamente 13 años después, obtuvo en Roma la formal aprobación del instituto y colocó a las hermanas definitivamente bajo la dirección de la propia congregación de San Vicente. Mientras tanto, las buenas obras de las hijas de la caridad se habían multiplicado aceleradamente. En el desarrollo de todas estas obras, Mlle. Le Gras soportaba la parte más pesada de la carga. Había dado un maravilloso ejemplo en Angers, al hacerse cargo de un hospital terriblemente descuidado. El esfuerzo había sido tan grande, que a pesar de la ayuda enorme que le prestaron sus colaboradores, sufrió una severa postración que fue diagnosticada erróneamente, como un caso de fiebre infecciosa. En París había cuidado con esmero a los afectados durante una epidemia y, a pesar de su delicada constitución, había soportado la prueba. Los frecuentes viajes, impuestos por sus obligaciones, habrían puesto a prueba la resistencia de un ser más robusto; pero ella estaba siempre a la mano cuando se la requería, llena de entusiasmo y creando a su alrededor una atmósfera de gozo y de paz. Como sabemos por sus cartas a San Vicente y a otros, solamente dos cosas le preocupaban: una era el respeto y veneración con que se le acogía en sus visitas; la otra era la ansiedad por el bienestar espiritual de su hijo Miguel.
En el año de 1660, San Vicente contaba ochenta años y estaba ya muy débil. La santa habría dado cualquier cosa por ver una vez más a su amado padre, pero este consuelo le fue negado. Sin embargo, su alma estaba en paz; el trabajo de su vida había sido maravillosamente bendecido y ella se sacrificó sin queja alguna, diciendo a las que la rodeaban que era feliz de poder ofrecer a Dios esta última privación. La preocupación de sus últimos días fue la de siempre, como lo dijo a sus abatidas hermanas: "Sed empeñosas en el servicio de los pobres... amad a los pobres, honradlos, hijas mías, y honraréis al mismo Cristo". Santa Luisa de Marillac murió el 15 de marzo de 1660; y San Vicente la siguió al cielo tan sólo seis meses después. Fue canonizada en 1934.
Que el Señor santifique nuestra voluntad
Que el Señor santifique nuestra voluntad
Viernes cuarta semana de Cuaresma. Aceptar plenamente el camino, el designio de Dios sobre nuestra vida.
Autor: P. Cipriano Sánchez | Fuente: Catholic.net
Sb 2, 1. 12-22
Jn 7, 1-2; 10, 25-30
"Jesucristo -nos dice el Evangelio-, no es capturado porque todavía no había llegado su hora". Es éste uno de los temas que más recurren en San Juan: la hora de Cristo como el momento de la redención, como el momento en el cual Él va a librarnos a todos de nuestros pecados. La hora de Cristo es una hora que no es suya, no está impuesta por Él, sino que es la hora que el Padre le ha impuesto, y mientras no llegue ese momento, Jesucristo va a vivir, por así decir, libre de sus enemigos; pero en el momento que esa hora llegue, Jesucristo va a ser entregado a sus enemigos.
Esto nos podría parecer una especie de determinismo o de falta de libertad, cuando realmente es un sumergirse en la orientación de nuestra libertad a la adhesión total a Dios. En el caso de Cristo, el hecho de tener que obedecer a Dios va a significar, en ese momento concreto, escaparse de sus enemigos: "Todavía no había llegado su hora". Sin embargo, sabremos que después, cuando llegue su hora, Jesucristo será entregado. Es lo que Jesús dice a los soldados que van a aprenderlo en el Huerto de los Olivos: "Ésta es vuestra hora y la del Príncipe de las Tinieblas".
Es una disposición interior que nosotros tenemos que llegar a tomar: la disposición interior de llegar a aceptar la hora de Dios sobre nuestra vida. Es decir, aceptar plenamente el camino, el designio de Dios sobre nuestra vida, lo cual requiere nuestra capacidad de purificar nuestra voluntad, nuestra capacidad de decir a nuestra voluntad que no es ella la que tiene que mandar, sino que es Dios nuestro Señor quien lo tiene que hacer.
Podríamos decir que es la vida la que nos va guiando, porque aunque nosotros podemos planear unas cosas u otras, a la hora de la hora, es la vida la que nos va diciendo por dónde tenemos que ir. Nosotros podríamos tener planes, pero cuántas veces esos planes se rompen, se quebrantan precisamente cuando nosotros pensaríamos que más falta nos hace que no se quebrantasen. Este aspecto de nuestra vida requiere que nosotros aprendamos a encontrar y aceptar, en nuestra voluntad, lo que Dios nos pide, y no como quien se resigna, sino como quien libremente se ofrece a Dios. La libertad y la voluntad son elementos que tienen que conectarnos con Dios.
El libro de la Sabiduría habla de "lo que los malvados dicen entre sí y discurren equivocadamente". Nos dice todos los planes que tienen contra el hombre justo, cómo están dispuestos a atacarlo, cómo están dispuestos a romperlo, cómo están dispuestos a matarlo: "Condenémoslo a muerte ignominiosa, porque dice que hay quien mire por él". Y termina diciendo: "Así discurren los malvados, pero se engañan; su malicia los ciega. No conocen los ocultos designios de Dios, no esperan el premio de la virtud, ni creen en la recompensa de una vida intachable".
No nos dice nada de que al justo se le vaya a librar de todos esos planes de los malvados, simplemente nos dice que estos hombres no conocen lo que Dios espera oír de ellos.
Nos podríamos preguntar: ¿Y el justo que tiene que enfrentarse con esa injusticia de parte de los malvados? ¿Y el justo que tiene que sufrir todo lo que ellos dicen? Este aspecto llama a nuestra voluntad a hacerse una pregunta: ¿Realmente mi voluntad está puesta en Dios, independientemente del «entrecruzarse» de las libertades humanas, de los ambientes, de las situaciones que nos acaecen? ¿Nuestra libertad, cada vez que se da cuenta de que Dios llega a la vida, ha aprendido a abrirse de tal manera al Señor que, en todo momento, acepte y se abrace libremente a ese misterio que es la presencia de Dios en nuestras vidas?
Quizá ése es el punto más difícil de llegar a entender. Podemos entender el abrazarnos a determinadas situaciones positivas, incluso algunas negativas, pero es difícil cuando el alma siente la impotencia, cuando sentimos que el alma se nos rompe o que nuestra voluntad no termina de obedecernos, no termina de ubicarnos y orientarnos hacia donde tendríamos nosotros que ir.
Es precisamente este designio el que tendríamos que controlar, y para lograrlo es necesario ver en qué lugar nuestra voluntad no está plenamente orientada hacia Dios.
Sabemos que no es fácil orientar en todo momento la voluntad hacia Dios, porque basta que algo no salga como nosotros querríamos y de nuevo volvemos a ser retados, y de nuevo nuestra voluntad vuelve a ser puesta en cuestionamiento para ver qué vamos a hacer con ella.
El camino de purificación de nuestra voluntad y de nuestra libertad es la constante sumisión libre a Dios; el constante abrazarnos al modo concreto en el cual Dios se nos va presentando en nuestra vida."Salva el Señor la vida de sus siervos; no morirán quienes en él esperan".
En el fondo, la purificación de nuestra voluntad tiene este objetivo: esperar en Dios, aunque pueda parecer que alrededor están las cosas muy difíciles; aunque pueda parecer que todo alrededor es obscuridad, es dificultad. "Muchas tribulaciones para el justo, pero de todas ellas Dios lo libra".
Hay veces que nuestra inteligencia no ve más arriba, no sabe por dónde llevarnos y puede arrastrar a nuestra voluntad y alejarla de Dios. Nuestra voluntad, aun en medio de las dificultades, de las tribulaciones y de las pruebas, tiene que ser capaz de entender que solamente quien se abraza a Dios puede llegar a estar cerca de Él. "El Señor no está lejos de sus fieles". La fidelidad es obra de nuestra voluntad purificada, puesta totalmente en manos de Dios nuestro Señor.
Que en este camino de Cuaresma aprendamos a descubrir esta purificación de nuestra voluntad. Cada uno en su ambiente, en su lugar, con sus circunstancias. Una purificación de la voluntad que supone el constante exigirse y llamarse a sí mismo al orden, para ver si en todo momento estamos viviendo según la hora de Dios o estamos viviendo según nuestra hora; según la voluntad de Dios o según nuestra voluntad.
Dejemos que el Señor santifique nuestra voluntad, de tal manera que podamos adherirnos a Él, que podamos ponernos totalmente en Él en este camino de conversión que es la Cuaresma, que reclama no solamente una serie de obras de penitencia interior, sino que reclama, sobre todo, la reestructuración y la reeducación de nuestra vida hacia Dios.
Primera homilía del Papa: improvisada, habla del demonio, la Cruz y de no ser una ONG
«Sin confesar a Cristo, la cosa no va»
Primera homilía del Papa: improvisada, habla del demonio, la Cruz y de no ser una ONG
Peligro: «nos convertiremos en una ONG que da pena. Quien no predica al Señor predica al Diablo». El Papa Francesco predicó 7 minutos ante los cardenales sin papeles.
Al presidir la Misa de Acción de Gracias por su elección como nuevo Pontífice ante todos los cardenales electores, el Papa Francisco pronunció su primera homilía y les explicó que "si no confesamos a Jesucristo, la cosa no va. Nos convertiremos en una ONG que da pena pero no en la Iglesia, esposa del Señor".
Así, su primera homilía, retransmitida en pantallas que se seguían por la Plaza de San Pedro, hablaba de autenticidad, Cruz, camino y exigencia.
Desde la Capilla Sixtina, donde ayer fue elegido como el Pontífice número 266 de la Iglesia Católica, el Papa Francisco reflexionó sobre las lecturas de la liturgia de hoy y dijo con claridad, citando al converso Leon Bloy, que "quien no predica al Señor predica al Diablo".
El Santo Padre, en una breve homilía espontánea que duró aproximadamente 7 minutos, señaló que "podemos caminar lo que queramos, podemos edificar muchas cosas, pero si no confesamos a Jesucristo, la cosa no va. Nos convertiremos en una ONG que da pena, pero no en la Iglesia, esposa del Señor".
"Cuando no se camina, uno se detiene. Cuando no se edifica sobre piedras, ¿qué sucede? Sucede lo que sucede a los niños en la playa cuando hacen castillos de arena, todo se cae y no hay consistencia".
El Papa, relacionando las tres lecturas de hoy, dijo que lo que las une "es el movimiento. En la primera lectura el movimiento es el camino, en la segunda lectura, el movimiento es la edificación de la Iglesia, en la tercera, el Evangelio, el movimiento está en la confesión. Caminar, edificar, confesar".
"Nuestra vida es un camino. Cuando nos detenemos, la cosa no va. Caminar siempre, en presencia del Señor, en la luz del Señor, buscando vivir de modo irreprensible que Dios pide a Abraham en su promesa".
Sobre la acción de edificar, el Papa dijo que al hablar sobre "edificar la Iglesia se habla de piedras: las piedras tienen consistencia, pero son piedras vivas, unidas por el Espíritu Santo. Edificar la Iglesia, la Esposa de Cristo, sobre esta piedra angular que es el mismo Señor".
El Santo Padre alentó entonces a "caminar, edificar-construir, confesar. Pero la cosa no es tan fácil, porque al caminar, al construir, al confesar en estos tiempos tan agitados, hay movimientos que no son propiamente movimientos del camino: son movimientos que nos tiran hacia atrás".
El Papa Francisco dijo además que "cuando caminamos sin la Cruz, cuando edificamos sin la Cruz y cuando confesamos a un Cristo sin Cruz, no somos discípulos del Señor, somos mundanos: somos obispos, sacerdotes, cardenales, papas, pero no discípulos del Señor".
"Quisiera que todos, luego de estos días de gracia, tengamos el coraje de caminar en presencia del Señor, con la Cruz del Señor, de edificar a la Iglesia sobre la sangre del Señor, que está sobre la Cruz, y de confesar la única gloria, Cristo crucificado. Y así la Iglesia irá adelante", subrayó.
Al concluir, hizo votos para que "el Espíritu Santo, la oración de la Virgen, nuestra Madre, nos conceda esta gracia: caminar, edificar, confesar a Jesucristo crucificado. Así sea".
ACI/EWTN/ReL
Santo Evangelio 15 de Marzo de 2013
Autor: P . Clemente González | Fuente: Catholic.net
Origen divino del Mesías
Juan 7, 1-2.10.25-30. Cuaresma. No temamos ser fieles a Cristo, porque Él está con nosotros.
Del santo Evangelio según san Juan 7, 1-2.10.25-30
En aquel tiempo, recorría Jesús la Galilea, pues no podía andar por Judea, porque los judíos buscaban matarle. Se acercaba la fiesta judía de las Tiendas. Pero después que sus hermanos subieron a la fiesta, entonces Él también subió no manifiestamente, sino de incógnito. Decían algunos de los de Jerusalén: ¿No es a ése a quien quieren matar? Mirad cómo habla con toda libertad y no le dicen nada. ¿Habrán reconocido de veras las autoridades que este es el Cristo? Pero éste sabemos de dónde es, mientras que, cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde es. Gritó, pues, Jesús, enseñando en el Templo y diciendo: Me conocéis a mí y sabéis de dónde soy. Pero yo no he venido por mi cuenta; sino que verdaderamente me envía el que me envía; pero vosotros no le conocéis. Yo le conozco, porque vengo de él y él es el que me ha enviado. Querían, pues, detenerle, pero nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora.
Oración introductoria
Dios mío, no permitas que no sepa encontrarte en esta meditación. Necesito de tu misericordia. Dame tu gracia para poder dejar a un lado todo lo que pueda distraerme, realmente quiero llegar a contemplarte y reconocerte, aunque no sea digno de ello.
Petición
¡Jesús, dame el don de conocerte experimentalmente!
Meditación del Papa
Todo anuncio nuestro debe confrontarse con la palabra de Jesucristo: "Mi doctrina no es mía". No anunciamos teorías y opiniones privadas, sino la fe de la Iglesia, de la cual somos servidores. Pero esto, naturalmente, en modo alguno significa que yo no sostenga esta doctrina con todo mi ser y no esté firmemente anclado en ella. En este contexto, siempre me vienen a la mente aquellas palabras de san Agustín: ¿Qué es tan mío como yo mismo? ¿Qué es tan menos mío como yo mismo? No me pertenezco y llego a ser yo mismo precisamente por el hecho de que voy más allá de mí mismo y, mediante la superación de mí mismo, consigo insertarme en Cristo y en su cuerpo, que es la Iglesia. Si no nos anunciamos a nosotros mismos e interiormente hemos llegado a ser uno con aquél que nos ha llamado como mensajeros suyos, de manera que estamos modelados por la fe y la vivimos, entonces nuestra predicación será creíble. No hago publicidad de mí, sino que me doy a mí mismo.(Benedicto XVI, 5 de abril de 2012).
Reflexión
"Los judíos trataban de matarlo". Jesús es el prototipo del justo que resulta incómodo y cuyo testimonio se quiere silenciar. Sin embargo, todas las acusaciones que le hacen son "viscerales", nacidas del odio. Por ejemplo, dicen que saben de donde viene Jesús; el Mesías, en cambio no, por lo tanto Jesús no es el Mesías porque saben de dónde viene Jesús. Otras veces le creen endemoniado, otras le critican porque por encima de la ley da más preferencia a la vida de las personas. Lo que los fariseos buscan es desacreditarle y huir para no tener que aceptar su testimonio.
No obstante, Jesús "grita" valientemente su identidad: "yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que es veraz, a Ése vosotros no le conocéis; yo le conozco porque procedo de Él y Él me ha enviado." Pero como aún no había llegado su hora, la hora de la cruz en donde los fariseos entonces empezarán a creer más en él. Y aunque se esforzarán por acabar completamente con sus enseñanzas, se darán cuenta de que efectivamente Jesús era el Mesías.
También en el mundo de hoy, junto a muchas personas que creen y aceptan a Cristo, hay otras muchas que han optado por ignorarlo, o incluso, por perseguir toda idea suya. Por esto sus seguidores corren igual suerte. En una sociedad que va perdiendo los valores fundamentales como el respeto a la vida, la caridad, el perdón, debería llevarnos a luchar y trabajar por extender el reino de Cristo y no sólo a lamentarnos por la situación. Nosotros somos los que cambiaremos el corazón de las personas con nuestro testimonio de cristianos.
Tal vez no lleguemos a ser perseguidos físicamente, pero sí desacreditados y criticados por buscar la coherencia de vida con nuestra fe. No temamos ser fieles a Cristo, porque si Él está con nosotros, ¿quién contra nosotros?
Propósito
Iniciar siempre mi oración y mis actividades invocando al Espíritu Santo.
Diálogo con Cristo
Padre y Señor mío, el poder conocerte en Jesús y poder comunicarme contigo por medio del Espíritu Santo es una gracia que no he sabido aprovechar. Te ofrezco mi libertad, permite que esta oración me lleve a la experiencia de tu amor, y que esta experiencia determine mi vida, mi comportamiento, la forma en que me relacione con los demás. Que mis debilidades no impidan que pueda darte a los demás. Que tu Palabra penetre hondamente en mi corazón y la trasmita fielmente a todas las personas que pongas en mi camino.
14 mar 2013
El nuevo Papa pone a rezar a su pueblo, por su predecesor y por él, antes de bendecir a la gente
Es jesuita y tiene 75 años
Viaja en bus; cuida a enfermos de noche; contrario a la Teología de la liberación... así es el Papa
Hace 8 años, en el último Cónclave, fue el segundo cardenal más votado tras Joseph Ratzinger. Es el primer jesuita en llegar a Pontífice.
El nuevo Papa pone a rezar a su pueblo, por su predecesor y por él, antes de bendecir a la gente
Tiene 76 años y en su país de origen, Argentina, es un verdadero líder moral que se forjó en tiempos del famoso "corralito", en la peor época de crisis económica que padeció el país sudamericano en las últimas décadas.
En Buenos Aires suele viajar en autobús, y es común verle caminar por la calle o coger el metro como un ciudadano más, aunque siempre viste de sotana. Además, suele cuidar personalmente a sacerdotes ancianos y enfermos de la diócesis de Buenos Aires. Él se traslada a sus domicilio u hospital y les atiende durante toda la noche.
Prueba de su austeridad personal es el hecho de haber renunciado al Palacio Arzobispal y vivir en un pequeño piso de la capital argentina acompañado por otro presbítero.
El nuevo Papa Francisco I es uno de los cinco hijos de un matrimonio italiano de clase media formado por Mario, empleado ferroviario, y Regina Sívori, ama de casa
Primer Papa jesuita
Este jesuita, primero que ostenta el cargo, es conocido por su seriedad, su carácter reservado y la escrupulosa coherencia con su puesto.
Fue elegido cardenal en 2001, pero cuando se organizaba el viaje masivo de feligreses a Roma para asistir a la ceremonia les paró los pies y pidió que ese dinero del viaje se dedicara a obras de caridad.
Vocación tardía: cura a los 33 años
El nuevo Papa nació en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936. Es químico y con estudios de filosofía y psicología. Bergoglio se hizo cura tarde, con 33 años.
Llegó a ser provincial de su orden de 1973 a 1980, periodo en el que se opuso a la teología de la liberación.
Como provincial de la Compañía de Jesús en Argentina "gobernó" con firmeza ante los vaivenes de algunos de sus hermanos jesuitas. Esa contundencia le pasó factura. Tras dejar de ser el máximo responsable de la orden fue "desterrado" a Córdoba, asignándole las tareas de director espiritual y confesor dejándole sin competencias pastorales de primer orden.
Posteriormente, entre 1980 y 1986 fue Rector del Colegio Máximo de San Miguel y de las Facultades de Filosofía y Teología de la misma Casa.
Juan Pablo II le nombró obispo
El Papa Juan Pablo II lo recuperó de su "destierro" y en 1992 le nombró obispo auxiliar de Buenos Aires.
Era papable desde 2003, pese a ser jesuita, y ya sólo esta condición le resultaba insufrible. Cuando en 2005 Ratzinger se convirtió en Benedicto XVI, Bergoglio quedó segundo en las votaciones.
Hincha del equipo de fútbol San Lorenzo
Es muy aficionado al fútbol y reconocido hincha del San Lorenzo de Almagro, un gran equipo argentino.
Su amor por los colores azul y rojo comenzó desde muy pequeño. Su padre jugaba al baloncesto en el club y lo llevaba a ver los partidos en el Viejo Gasómetro. Desde entonces la pasión por el Ciclón no mermó y hasta llegó a meterse en la vida del club, informa el diario Clarín.
Contario al aborto, la eutanasia y la cultura de la muerte
El 2 de octubre de 2007, el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, afirmó taxativamente que "en la Argentina se vive una cultura del descarte por la que se aplica la pena de muerte mediante el aborto y la eutanasia de ancianos mediante el abandono".
"Esta cultura es como una ´nueva ilustración´ que se expresa en un progresismo ahistórico, sin raíces y en un terrorismo demográfico", advirtió el entonces presidente de la conferencia episcopal argentina..
También señaló que "en la Argentina hay eutanasia encubierta. Las obras sociales pagan hasta cierto límite, si te pasás, morite, total sos viejo. Hoy se descarta a los viejos cuando, en realidad, son la sede de la sabiduría del pueblo", precisó, antes de lamentar la cotidianidad de la prostitución infantil en ciertos ámbitos (incluso como parte de los servicios de algunos hoteles).
Lamentó entonces el reciente caso de una joven con discapacidad, víctima de una violación, a la que se le practicó un aborto: "Seamos conscientes de que con eufemismos no podemos tapar la cultura del descarte", pidió.
El aborto, el uso de preservativos o las uniones civiles de homosexuales "no entran en el eje fundamental del derecho a la vida por el que reclama la Iglesia", que consiste en "dejar vivir y no matar; dejar crecer, alimentar, educar, curar y dejar morir con dignidad. No interferir manipuladoramente".
"Una ternura especial con los pecadores"
En septiembre de 2012 no tuvo reparos en llamar a sus propios sacerdotes "hipócritas de hoy" por rehusarse a bautizar a los hijos de madres solteras "porque no fueron concebidos en la santidad del matrimonio".
Sucedió durante un Encuentro de Pastoral Urbana de la Región Buenos Aires, en el que advirtió la necesidad de mostrar "una ternura especial con los pecadores" y los más alejados porque "Dios vive en medio de ellos". Por esta razón lamentó que algunos hayan "clericalizado a la Iglesia del Señor".
Con delicadeza, pero con firmeza y claridad, el purpurado bonaerense denunció que éstos "llenan de preceptos y con dolor lo digo, y si parece una denuncia o una ofensa, perdónenme, pero en nuestra región eclesiástica hay presbíteros que no bautizan a los chicos de las madres solteras porque no fueron concebidos en la santidad del matrimonio".
"Estos son los hipócritas de hoy. Los que clericalizaron a la Iglesia. Los que apartan al pueblo de Dios de la salvación. Y esa pobre chica que, pudiendo haber mandado a su hijo al remitente, tuvo la valentía de traerlo al mundo, va peregrinando de parroquia en parroquia para que se lo bauticen", añadió el hoy ocupante de la cátedra de Pedro.
Tensa relación con los Kichner
Con Néstor Kichner, presidente de la Argentina, la relación fue mucho más distante y conflictiva que con la actual Presidenta. El ex presidente llegó a identificar al entonces cardenal como “el verdadero representante de la oposición”. En aquel momento, Bergoglio se quejó de los dichos de Kirchner.
En enero de 2007, el periodista especializado de Clarín, Sergio Rubín, escribió una nota titulada “Kirchner y Bergoglio, separados por cuestiones de fondo”. En la misma explicaba que se había pospuesto una reunión entre las partes y que ni siquiera la cúpula del Episcopado —que encabeza el propio Bergoglio— logró acordar una visita protocolar a las máximas autoridades del Congreso.
“Kirchner siente que el grueso de los obispos con Bergoglio a la cabeza son un factor muy fuerte de cuestionamiento" a su gestión. La Casa Rosada se quejó muchas veces de que la Iglesia nunca le reconoció todo lo que hizo el presidente por sacar al país de una de las peores crisis de su historia”, explicó Rubin en el texto.
Sin embargo, cuando el ex Presidente murió, Bergoglio reaccionó rápidamente y en cuestión de horas decidió oficiar una misa por el eterno descanso de Kichner. Lo hizo en la catedral metropolitana. “El pueblo tiene que claudicar de todo tipo de posición antagónica frente a la muerte de un hombre ungido por el pueblo para conducirlo y todo el país debe rezar por él”, dijo en esa oportunidad.
Además, en ese momento pidió que los ciudadanos no sean desagradecidos. “Sería una ingratitud que este pueblo no se una en oración por un hombre que cargó sobre su corazón, sobre su conciencia y sobre su hombre la unción de un pueblo que le pidió que lo condujera”, dijo.
Con Cristina, el punto de enfrentamiento máximo llegó con la ley de matrimonio entre personas de un mismo sexo. Bergoglio fue la cara visible de la marcha contra el casamiento gay y se opuso rotundamente al proyecto que más adelante se transformó en una realidad.
“Me preocupa el tono que ha adquirido el discurso, se plantea como una cuestión de moral religiosa y atentatoria del orden natural, cuando en realidad lo que se está haciendo es mirar una realidad que ya está”, respondió Cristina en esa oportunidad.
Igualmente, Bergoglio festejó varias veces el tono conciliador con los que Cristina encaraba sus discursos –aunque criticó cuando lo hizo con belicosidad-, y apuntó siempre a lo mismo: la unidad entre los argentinos.
Un químico y psicólogo
Estudió y se diplomó como técnico químico, pero al decidirse por el sacerdocio ingresó en el seminario de Villa Devoto. El 11 de marzo de 1958 pasó al noviciado de la Compañía de Jesús, estudió humanidades en Chile, y en 1960, de regreso a Buenos Aires, obtuvo la licenciatura en Filosofía en el Colegio Máximo San José, en la localidad de San Miguel. Entre 1964 y 1965 fue profesor de Literatura y Psicología en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe, y en 1966 dictó iguales materias en el Colegio del Salvador de Buenos Aires. De 1967 a 1970 cursó Teología en el Colegio Máximo de San Miguel, cuya licenciatura obtuvo.
Pasó por Alcalá de Henares (España)
Sacerdocio: El 13 de diciembre de 1969 fue ordenado sacerdote. En 1971 hizo la tercera probación en Alcalá de Henares (España), y el 22 de abril de 1973, su profesión perpetua. Fue maestro de novicios en la residencia Villa Barilari, de San Miguel (años 1972/73), profesor en la Facultad de Teología y Consultor de la Provincia y Rector del Colegio Máximo.
Episcopado: El 20 de mayo de 1992, Juan Pablo II lo designó Obispo Titular de Auca y Auxiliar de Buenos Aires. El 27 de junio del mismo año recibió en la Catedral primada la ordenación episcopal, y fue promovido a Arzobispo Coadjutor de Buenos Aires el 3 de junio de 1997. De dicha sede arzobispal es titular desde el 28 de febrero de 1998, cuando se convirtió en el primer jesuita que llegó a ser primado de la Argentina. Sucedió en el cargo al Cardenal Antonio Quarracino.
Pastor de los fieles del rito oriental
Es Ordinario para los fieles de rito oriental residentes en la Argentina y que no cuentan con Ordinario de su propio rito. En la Conferencia Episcopal Argentina ha sido vicepresidente (2002-2005); y como miembro de la Comisión Ejecutiva ha sido miembro de la Comisión Permanente representando a la Provincia Eclesiástica de Buenos Aires. Ha integrado, además, las comisiones episcopales de Educación Católica y de la Universidad Católica Argentina, de la que es Gran Canciller.
Cardenalato: Creado Cardenal presbítero el 21 de febrero del 2001; recibió la birreta roja y el título de San Roberto Belarmino. Asistió como Relator General Adjunto a la X Asamblea Ordinaria del Sínodo de Obispos, Ciudad del Vaticano realizado del 30 de setiembre al 27 de octubre de 2001. En la Santa Sede, forma parte de la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos, la Congregación para el Clero, la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. Asimismo, integra el Pontificio Consejo para la Familia, la Comisión para América Latina (CAL) y el Consejo Ordinario de la Secretaría General para el Sínodo de los Obispos. Participó en el cónclave del 18 y 19 de abril de 2005. Asistió a la XI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, Ciudad del Vaticano, 2 al 23 de octubre de 2005. Miembro del consejo post-sinodal de la XI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. El 9 de noviembre de 2005 fue electo Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, para el trienio 2005-2008.
En la Santa Sede es miembro de la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los Sacramentos; de la Congregación para el Clero; de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica; y del Pontificio Consejo para la Familia.
Libros y escritos
Entre sus escritos figuran Meditaciones para religiosos (1982), Reflexiones sobre la vida apostólica (1986), Reflexiones de esperanza (1992).
Fuente: Religion en libertad
Santo Evangelio 14 de Marzo de 2013
Santo Evangelio Marzo 14, 2013
¡Hay que buscar a Cristo para que Él nos dé la vida!
Juan 5, 31-47.
Cuaresma.
Cristo nos enseña a esforzarnos por cumplir siempre la Voluntad de Dios.
Del santo Evangelio según san Juan 5, 31-47
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: Si yo diera testimonio de mí mismo, mi testimonio no sería válido. Otro es el que da testimonio de mí, y yo sé que es válido el testimonio que da de mí. Vosotros mandasteis enviados donde Juan, y él dio testimonio de la verdad. No es que yo busque testimonio de un hombre, sino que digo esto para que os salvéis. Él era la lámpara que arde y alumbra y vosotros quisisteis recrearos una hora con su luz. Pero yo tengo un testimonio mayor que el de Juan; porque las obras que el Padre me ha encomendado llevar a cabo, las mismas obras que realizo, dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado. Y el Padre, que me ha enviado, es el que ha dado testimonio de mí. Vosotros no habéis oído nunca su voz, ni habéis visto nunca su rostro, ni habita su palabra en vosotros, porque no creéis al que Él ha enviado. Vosotros investigáis las escrituras, ya que creéis tener en ellas vida eterna; ellas son las que dan testimonio de mí; y vosotros no queréis venir a mí para tener vida. La gloria no la recibo de los hombres. Pero yo os conozco: no tenéis en vosotros el amor de Dios. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viene en su propio nombre, a ése le recibiréis. ¿Cómo podéis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros, y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que os voy a acusar yo delante del Padre. Vuestro acusador es Moisés, en quién habéis puesto vuestra esperanza. Porque, si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque él escribió de mí. Pero si no creéis en sus escritos, cómo vais a creer en mis palabras?
Oración introductoria
Jesucristo, haz que mi corazón sea la tierra fecunda donde pueda caer la semilla de tu Palabra para que dé fruto. Concédeme escucharte con el corazón para seguir tus designios y encontrar lo que Tú quieres de mí. Aumenta mi fe para poder verte en mi vida; aumenta mi esperanza para mantener viva la ilusión de llegar a conocerte y aumenta mi amor para que todo lo haga para cumplir tu voluntad.
Petición
Haz, Señor, que vaya a Ti, a quien mi corazón busca, y que pueda experimentan el amor que me tienes.
Meditación del Papa
Ya en el Antiguo Testamento los profetas eran conscientes de estar llamados a dar testimonio con su vida de lo que anunciaban, dispuestos a afrontar incluso la incomprensión, el rechazo, la persecución. La misión que Dios les había confiado los implicaba completamente, como un incontenible "fuego ardiente" en el corazón, y por eso estaban dispuestos a entregar al Señor no solamente la voz, sino toda su existencia. En la plenitud de los tiempos, será Jesús, el enviado del Padre, el que con su misión dará testimonio del amor de Dios hacia todos los hombres, sin distinción, con especial atención a los últimos, a los pecadores, a los marginados, a los pobres. Él es el Testigo por excelencia de Dios y de su deseo de que todos se salven. En la aurora de los tiempos nuevos, Juan Bautista, con una vida enteramente entregada a preparar el camino a Cristo, da testimonio de que en el Hijo de María de Nazaret se cumplen las promesas de Dios. (Benedicto XVI, 25 de abril de 2010).
Reflexión
El Señor busca convencer a los discípulos de que su testimonio no es a favor de sí mismo, sino para dar testimonio del Padre. De este modo Cristo nos enseña a esforzarnos por cumplir siempre la Voluntad de Dios, de este modo podremos ir comprendiendo, poco a poco, que todo cuanto nos pasa en la vida, nos tiene que llevar a conocer a Dios. Donde más dificultad podríamos encontrar naturalmente es en las pruebas, en el dolor, en el fracaso, pero ahí también se puede aceptar la Voluntad de Dios.
Cristo mismo hace ver a sus discípulos que tratan de encontrar seguridades y explicaciones en las Escrituras, pero no comprenden que éstas hablan de Él. Pero cuán tardos somos para acudir a Cristo, dador de la verdadera Vida, porque Él es el Camino, la Verdad y la Vida. A veces queremos buscar sentido a todo desde la visión meramente humana, pero es poco lo que obtenemos. En cambio, cuando nos ponemos delante de Dios, buscamos el diálogo sencillo y directo con el Amigo, es donde nos viene la paz y vislumbramos los excelsos dones que Él nos quiere dar. En ese diálogo podemos preguntarle, pedirle, ofrecerle y amarle. Y como decía San Agustín, comenzar a buscarle es haberle ya encontrado.
Cristo sabe lo que hay en cada uno de nosotros. Él conoce de sobra nuestras debilidades, nuestros pecados, nuestras limitaciones. A Él no le escandaliza esto de nosotros, pero lo que más le duele es que, siendo conscientes de nuestras flaquezas, no acudamos a pedirle su ayuda. Si supiéramos el amor que arde en su Sacratísimo Corazón por cada uno de nosotros, no podríamos menos que sentirnos morir de amor por Él. Los santos lo han experimentado así, primero sus debilidades y luego la necesidad de fuerzas para poder ir a Dios. Es Él quien nos da las gracias para conocerle, pero hay que querer primero y Cristo hará el resto.
Del mismo modo, Dios obra maravillas y milagros a cada momento, en las vidas de cada ser humano, pero por nuestra falta de fe, nos es difícil descubrirlo. Por eso Cristo nos pide que lo busquemos con un corazón sencillo y que confiemos en Él, porque aun en las Sagradas Escrituras, todo se refiere a Jesús como nuestro Maestro, Guía y Redentor. La Iglesia nos enseña cuáles son los medios para encontrar a Cristo, sobre todo en los sacramentos y, en definitiva, dejándonos amar por Él, quien nos irá llevando con su mano paternal.
Propósito
Leeré al menos cinco minutos el Evangelio, pidiendo al Señor que me ilumine para saber descubrir su Voluntad en mi vida y la fortaleza para cumplirla hasta el final.
Diálogo con Cristo
“Señor, ¿a quién iremos si sólo Tú tienes palabras de vida?” Con estas palabras de Pedro quiero, oh mi buen Jesús, dejar mi vida en tus manos, poner mis debilidades y pecados a tus pies para que Tú los transformes en gracias de humildad, de fe, de esperanza y de amor a ti. Enséñame a darme cuenta de la necesidad de los que me rodean para que en ellos te vea a ti, y dame la paciencia y la sabiduría para hacer siempre lo que a ti te agrada. Señor, enciende mi corazón de amor por ti.
"Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor y mora con ellos, para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía”. Constitución dogmática sobre la divina Revelación Dei Verbum, 2.
=
Autor: P. Francisco Javier Arriola | Fuente: Catholic.net
Cardenal Jorge Mario Bergolio nuevo Papa de la Iglesia Católica, Francisco I
Cardenal Jorge Mario Bergolio nuevo Papa de la Iglesia Católica, Francisco I
Jorge Bergoglio nació en la ciudad de Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936, hijo de un matrimonio de italianos formado por Mario Bergoglio (empleado ferroviario) y Regina (ama de casa). Egresó de la escuela secundaria industrial E.N.E.T Nº 27 (ahora E.T.Nº 27) Hipólito Yrigoyen, con el título de técnico químico. A los 21 años (en 1957) decidió convertirse en sacerdote. Ingresó en el seminario del barrio Villa Devoto, como novicio de la orden jesuita.
Sacerdocio
Fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969. A partir de entonces hizo una larga carrera dentro de la orden de la cual llegó a ser «provincial» desde 1973 hasta 1979, ya durante la Dictadura cívico-militar argentina.
Obispo y cardenal
Luego de una gran actividad como sacerdote y profesor de teología, fue consagrado obispo titular de Auca el 20 de mayo de 1992, para ejercer como uno de los cuatro obispos auxiliares de Buenos Aires.
Cuando la salud de su predecesor en la arquidiócesis de Buenos Aires, el arzobispo Antonio Quarracino empezó a debilitarse, Bergoglio fue designado obispo coadjutor de la misma el 3 de junio de 1997. Tomó el cargo de arzobispo de Buenos Aires el 28 de febrero de 1998.
Durante el consistorio del 21 de febrero de 2001, el papa Juan Pablo II lo creó cardenal del título de san Roberto Belarmino. Además se constituyó en el primado de la Argentina, resultando así el superior jerárquico de la Iglesia católica de este país.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner recibe al arzobispo Bergoglio. Fotografía del 19 de diciembre de 2007.
Forma parte de la Comisión para América Latina, la Congregación para el Clero, el Pontificio Consejo para la Familia, la Congregación
para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el Consejo Ordinario de la Secretaría General para el Sínodo de los Obispos y la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.
En virtud de su puesto episcopal, es además miembro de la Conferencia Episcopal Argentina ―de la cual fue presidente en dos ocasiones, hasta 2011― y del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
Tras dos periodos consecutivos como presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, el 8 de noviembre de 2011 los obispos electores de ese organismo designaron para reemplazarlo al arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, primo hermano del fallecido expresidente argentino Raúl Alfonsín y hasta entonces vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal.
Vaticano
Al morir Juan Pablo II, eran 117 los cardenales menores de 80 años en condiciones de votar para elegir un nuevo papa, entre los cuales se encontraba el cardenal Bergoglio, de quien se dice que logró obtener 40 votos de los 77 que eran necesarios para ser elegido (es decir, el segundo lugar detrás del que fue elegido y convertido en Benedicto XVI, el cardenal Joseph Ratzinger. Sin embargo, puesto que existe obligación de secreto absoluto para los asistentes al cónclave (Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis de 22 de febrero de 1996, cap. II, n.º 48) bajo pena de excomunión reservada al Sumo Pontífice (Código de Derecho Canónico, canon 1399), este dato debe tomarse como mera especulación.
Fue elegido papa el 13 de marzo de 2013, tras 5 votaciones en el cónclave después de la renuncia de Benedicto XVI. Su nombre de papa es “Francisco I”.
Actuación de Bergoglio durante la dictadura argentina
En principio, puede afirmarse que no existen documentos verosímiles que indiquen que El Cardenal Bergoglio haya desempeñado durante la Dictadura Militar colaboración con el régimen en contra de civiles o sacerdotes.Tampoco existe procesamiento o sentencia en juicio penal sobre este materia contra el prelado.
Sin embargo, varios testigos relataron que su actuación durante el Proceso de Reorganización Nacional como sacerdote con poder político no solo no ayudó, sino que perjudicó a numerosos sacerdotes y laicos secuestrados, torturados y desaparecidos.
=
Fuente: Wikipedia
13 mar 2013
Gran noticia..'¡Tenemos Papa!
El Cardenal Jorge Mario Bergoglio, Arzobispo de Buenos Aires, Argentina, ha sido elegido como el Pontífice 266 de la historia de la Iglesia. Ha tomado el nombre de Francisco. Es el primer Papa de América ¡Viva el Papa!
María, Virgen perpetua, Maternidad Divina y perfecta Santidad
MARIA, VIRGEN PERPETUA, MATERNIDAD DIVINA Y PERFECTA SANTIDAD
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
A través de los evangelios podemos descubrir como Maria madre de Jesús, es virgen perpetua, su maternidad divina y su perfecta santidad.
I. VIRGEN PERPETUA
1. Maria se encontraba sin mancha y perfectamente virgen cuando concibió a su divino Hijo, cuando dio a luz y cuando fue asunta a los cielos.
2. La pregunta de María según san Lucas 1:34; María entonces dijo al ángel: « ¿Cómo puede ser eso, si yo soy virgen?». Esta pregunta es clara y deja establecida que María era virgen y sin mancha. Luego la respuesta del ángel ratifica el concepto anterior, según san Lucas 1:35,37; Contestó el ángel: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el niño santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel está esperando un hijo en su vejez, y aunque no podía tener familia, se encuentra ya en el sexto mes del embarazo. Para Dios, nada es imposible».
3. Otra aclaración la encontramos en la manera de comportarse de José con María, el en un momento tuvo alguna duda, según san Mateo 1:19-21; Su esposo, José, pensó despedirla, pero como era un hombre bueno, quiso actuar discretamente para no difamarla. Mientras lo estaba pensando, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, descendiente de David, no tengas miedo de llevarte a María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra del Espíritu Santo. Tú eres el que pondrás el nombre al hijo que dará a luz. Y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».
4. Para mayor aclaración y para que no quepa ninguna duda continua según san Mateo 1; 22-25; Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa: Dios-con-nosotros. Cuando José se despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había ordenado y tomó consigo a su esposa. Y sin que hubieran tenido relaciones, dio a luz un hijo, al que puso por nombre Jesús.
5. El mismo Jesús se encarga en dirigir una aclaración a los judíos, las que demuestran como María conservó su virginidad durante la concepción de su divino Hijo. Así lo dice según san Juan 8:19; Le preguntaron: « ¿Dónde está tu Padre?» Jesús les contestó: «Ustedes no me conocen a mí ni a mi Padre; si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre».
6. En la lectura según san Mateo 1; 18, expresa también claramente la virginidad de Maria y el origen de su embarazo, lo dice así; “Este fue el principio de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José; pero antes de que vivieran juntos, quedó embarazada por obra del Espíritu Santo. Se destaca la expresión “antes de que vivieran juntos”. Lo que es reiterado como se dijo según san Mateo 1; 25. “Y sin que hubieran tenido relaciones, dio a luz un hijo, al que puso por nombre Jesús.”
7. Por otra parte, san Lucas nos dice que Jesús es primogénito, que significa primer engendrado, primer hijo, así se expresa en Lc 2:22-23; Asimismo, cuando llegó el día en que, de acuerdo a la Ley de Moisés, debían cumplir el rito de la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor. Tal como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor.”
8. Por otra parte, como consecuencia de que se mencionan en los evangelios la expresión los hermanos de Jesús, algunos están empecinados, obstinados, encaprichados y empeñados con mucho afán en demostrar que son hijos de María. Sin embargo en ninguna parte se habla de los hijos de Maria.
Al respecto es bueno aclarar lo siguiente sobre el término hermanos:
Respecto de una persona, otra que tiene sus mismos padres o solo el mismo padre o la misma madre. Persona que vive en una comunidad religiosa o pertenece a ella sin tener ninguna de las órdenes clericales. Persona a la que está unida por algún vínculo ideológico o espiritual: “Los cristianos son hermanos en Cristo.” Miembro de una hermandad, de una cofradía o de una comunidad religiosa. Respecto de una cosa, otra a la que es semejante. Uno que tiene la misma ascendencia o de la misma raza o de una nación salida de un mismo antepasado. Aliado o correligionario. Hombre al que se ama con tanto afecto como al propio hermano o al que uno se dirige respetuosamente con este tratamiento. Sin exclusiones, todos los miembros de la gran fraternidad humana.
Es así como nos queda claro que "los hermanos de Jesús" no son ni los hijos de María ni los hermanos de Nuestro Señor, en un sentido estricto del término, sino sus primos, los parientes más o menos cercanos, los de la misma raza, los de la misma nación, los hombre que lo aman, los que a El se dirigían con respeto.
María, con el nacimiento del Hijo de Dios no disminuye, sino que consagró su integridad virginal y de madre, privilegio de María.
II MATERNIDAD DIVINA
Con todo lo anterior, según san Lucas y san Mateo, la maternidad divina de María no tiene lugar a dudas. Pero aún hay más, como se expresa según san Juan, 1; 13-14; “Han nacido, no de sangre alguna ni por ley de la carne, ni por voluntad de hombre, sino que han nacido de Dios. Y la Palabra se hizo carne, puso su tienda entre nosotros, y hemos visto su Gloria: la Gloria que recibe del Padre el Hijo único, en él todo era don amoroso y verdad.
Jesús es la Palabra hecha carne, la Palabra que asumió la naturaleza humana en el vientre de María. Como María es verdaderamente la madre de Jesús, y Jesús es verdadero Dios desde el primer momento de su concepción, María es en verdad la madre de Dios. Maternidad Divina.
III LA SANTIDAD PERFECTA DE MARÍA
Nuestra primera y más grande Santa, es la Virgen María, Madre de Dios. Es concebida sin la mancha del pecado original. Ella tiene la mayor humildad que se conoce. María es madre de la paciencia en toda su vida. Ella es ejemplo de obediencia a Dios. Ejemplo de niña, Ejemplo de esposa, ejemplo de madre, ejemplo de mujer, ejemplo de santidad, como se expresa en las palabras según san Lucas 1: 39-48: “Una vez que cumplieron todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño crecía y se desarrollaba lleno de sabiduría, y la gracia de Dios permanecía con él. Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. Cuando Jesús cumplió los doce años, subió también con ellos a la fiesta, pues así había de ser. Al terminar los días de la fiesta regresaron, pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres lo supieran. Seguros de que estaba con la caravana de vuelta, caminaron todo un día. Después se pusieron a buscarlo entre sus parientes y conocidos. Como no lo encontraran, volvieron a Jerusalén en su búsqueda. Al tercer día lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los maestros de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas. Sus padres se emocionaron mucho al verlo; su madre le decía: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo hemos estado muy angustiados mientras te buscábamos».
Esta es la dulzura de la Madre de Dios, según san Lucas 2; 6-7; Mientras estaban en Belén, llegó para María el momento del parto, y dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, pues no había lugar para ellos en la sala principal de la casa. San Lucas 2; 33; Su padre y su madre estaban maravillados por todo lo que se decía del niño.
Pero ella también es fuerte en los momentos duros, según san Lucas 2: 34-35, cuando Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Mira, este niño traerá a la gente de Israel ya sea caída o resurrección. Será una señal impugnada en cuanto se manifieste, Mientras a ti misma una espada te atravesará el alma. Por este medio, sin embargo, saldrán a la luz los pensamientos íntimos de los hombres».
María sabe asumir el dolor y acompaña a su hijo en su agonía, como lo dice san Juan 19; 25-27; Cerca de la cruz de Jesús estaba su madre, con María, la hermana de su madre, esposa de Cleofás, y María de Magdala. Jesús, al ver a la Madre y junto a ella al discípulo que más quería, dijo a la Madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Después dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquel momento el discípulo se la llevó a su casa.
María, vivió libre de todo pecado por un privilegio especial de Dios. María fue inmaculada por privilegio divino.
Te saludamos y te veneramos María, Madre de Dios, eres un tesoro venerado por el universo entero, tu madre nuestra eres la luz que nunca se apaga.
María, madre mía, eres dueña de mi corazón
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant